Mi historia no es tan diferente a la de muchas. Quizás en algún momento de nuestras vidas nos sentimos atraídas por alguien que también parece estarlo. En fin, en mi caso parece que mis encantos no fueron suficientes para el seleccionado por mi mente, he ahí la bella historia que llevo repitiendo desde hace ya más de dos años.
La relación que existe podrá no ser perfecta, y tampoco causarme tanto placer cuando estoy con esa persona, pero para mí era y es suficiente. Tan repetitiva como el tiempo lo permitiera, sus ojos, sus labios suaves y sensibles parecían complacer mis pensamientos e ideas de amor, su cuerpo tibio sobre mi espalda era el motivo de seguir con esa loca relación.
Ya no es igual, la distancia juega un papel importante para algunas personas, y en mi caso me ayudó a alejarme más de esa persona. A veces vuelvo a desear sus suaves labios entre filosofías nocturnas que me llenan de anhelo por verle.
Y cuando llega el momento deseado, se disfruta más que la última vez, y cada vez pareciera ser mejor, y la razón por la que se decidirá, ¿qué será de nosotros? Aunque siempre se mantenga el pensamiento solamente en un espacio, dentro de un solo cerebro vagabundo que no hace lo que debe y sigue desviando la razón hacia una oportunidad más de unir la tibieza de nuestras almas.