La vida te quita lo más preciado que creías tener; el amor de tu vida, tu mejor amigo o lo que sea bajo la circunstancia que sea. No hay nadie a quien culpar, simplemente pasa.
Odiamos los momentos en que nos hacen falta, porque realmente los extrañamos. ¿A quien le vas a contar lo contento o triste que estás? O simplemente cómo fue tu día. En fin, millones de momentos y cosas que deberás guardarte y compartir con nadie más que contigo. También deberás auto aconsejarte, ser tu mejor aliado pero también tu peor enemigo, confiar en tu instinto, al que pocas veces habías tenido que recurrir cuando contabas con ese alguien.
Aquí es cuando la soledad y sentimientos negativos comienzan a apoderarse de tus pensamientos y emociones, porque por más acompañado que estés, tu persona favorita se ha ido y no existe nada que pueda reemplazarla. Te ves solo, y tienes miedo y puede que también estés enojado, te preguntas por qué te tocó a ti tener que vivir esta desagradable experiencia. El futuro en realidad es incierto, las cosas que hacías antes te parecen aburridas o tristes porque sólo evocan recuerdos que quieres enterrar debido a que “esa” persona ya no está.
Pero tranquilo, si has pasado por esto sabes con seguridad que sólo fue la antesala a algo muy pero muy importante. Si no te ha pasado, no significa que seas afortunado, por el contrario, te puedo asegurar que en algún punto de la vida ocurre. Alégrate porque esto sólo es una advertencia de que viene algo mucho mejor. Cosas y gente nueva entran en tu vida, y lo mejor es que pasa cuando menos lo esperas. Decides hacer pequeños cambios en tu rutina como meterte en un equipo de fútbol o decir sí a una invitación que meses atrás habrías rechazado rotundamente.
Pasa espontáneamente, no te das cuenta en qué momento empezaste a sentirte feliz o pleno después de hacer cosas o ver a personas nuevas. Por supuesto no reemplazan lo que se ha ido, pero te pillas pensando en ellos y te ríes como un niño. Son momentos pequeñitos de tu larga y agotadora semana, que aprecias muchísimo porque sabes que te harán sentir bien, piensas y sientes genuinamente que es como un regalo que te ha enviado alguien por haber perdido algo, una forma de compensarte. Algo se fue y desapareció de tu vida, pero entran o comienzan a tomar gran protagonismo otras. Ya no sientes desesperanza, sino que estás seguro de que todo pasa por algo, y lo que viene es ciertamente mejor. Sabes que las cosas estarán bien porque puedes comprobarlo por tu propia experiencia.
Lo importante es estar abierto a nuevas vivencias, a los cambios, uno porque la vida te ofrecerá millones de oportunidades pero más importante aún porque el universo conspira para que esa oportunidad que decides tomar sea la que traerá mayor satisfacción y momentos felices a tu vida.
Sé optimista y no temas a encontrarte solo frente al mundo. Es necesario aprender a pararnos frente a todas las adversidades por nuestra cuenta para que así, cuando estos hechos o personas nuevas entren en nuestra vida, podamos sentir que les ofrecemos la mejor versión que podemos llegar a ser.