Los nautilus desde hace años se conocen como fósiles vivientes porque los registros arqueológicos marinos muestran que esta especie lleva más de 500 millones de años en el océano. Los Allonautilus scrobiculatus, son casi imposibles de ver pero por primera vez en 3 décadas se volvieron a ver dos ejemplares de esta especie que ya se creía un mito –sólo 2 personas lo han conocido–.
La especie fue descubierta por primera vez en 1984 en Papúa Nueva Guinea Oceanía por Bruce Saunders, un profesor que actualmente trabaja en el Departamento de Geología del Bryn Marw College y Peter Ward de la Universidad de Washington. Cuando lo vieron por primera vez descubrieron que su cuerpo tenía una capa muy gruesa, pegajosa y además estaba recubierto de pelos en su concha. Con todas estas características decidieron llamarlo “nautilus pegajoso”.

Fue en agosto de este año que Ward volvió al Pacífico Sur con la idea de recolectar más información sobre este animal y fue todo un milagro que volviera a verlo y capturara nuevas imágenes. Con más de 30 años perdido en las profundidades del océano, grabarlo no fue fácil.
Lo primero que hicieron fue idear un plan para capturarlo en video, como es una especie carroñera, el grupo de Ward creó una forma sencilla de atraerlo: colocaron distintos tipos de carnes (pescado, res, pollo) en una varilla que sumergieron hasta 400 metros bajo el agua. Le agregaron una cámara y cada día grababaron 12 horas hasta que llegaba la tarde y volvían a tierra para ver qué habían documentado.
Fue así como una noche descubrieron a dos de ellos acercándose a la carnada y por casi dos horas se quedaron flotando frente a la cámara.

Lo mejor de todo fue que lograron llevar a la superficie a uno de ellos, así tuvieron la oportunidad de medirlo y tomar muestras antes de devolverlo al mar. Con estos antecedentes, Ward y su equipo podrán investigar más sobre este mítico animal que todavía ronda en los rincones más oscuros del mar.
¿Te atreverías a investigar en las profundidades para encontrarlo?