Aún así, no permitiré que tus dichos me tiren al suelo
Soy una mujer que nunca tiene problemas con expresar directamente lo que piensa. Me expreso con facilidad, nunca me doy demasiadas vueltas y nunca he dudado sobre mi derecho a la libre expresión. La mayoría de la gente que me conoce diría que soy un poco dura a veces, que no tengo mucho filtro y que no me importa lo que los demás piensen de mí y aunque me gusta sentirme orgullosa de estos calificativos, la verdad es que en el fondo soy como cualquier otra chica. Quiero encajar, quiero sentirme tranquila, quiero creer que nada puede realmente herirme incluso si sé perfectamente bien que las palabras pueden hacer más daño del que alguna vez pensé posible.

Que sea fuerte y decidida no significa que no conozca el dolor que pueden causar comentarios negativos o llenos de odio, que tenga confianza en mí misma no significa que sea inmune a las palabras de los demás. En una era donde el ciber bullying es prácticamente la norma, creo que es importante recordar que no eres más valiente por decir que ‘no te importa’ y que ‘no te afecta’, sino por encarar a quienes siguen creyendo que está bien tratar de esta forma a los demás.

El problema es que cuando decimos o escribimos comentarios negativos, nunca nos ponemos a pensar en la otra persona, en el o la receptora del mensaje. Nunca nos imaginamos lo mucho que esto podría afectar a esta persona, nunca pensamos que esta chica o este chico podría al fin estar comenzando a aceptar su vida, su imagen, su cabello, sus intereses… tal cómo tú. Seamos honestos: todos hemos tenido momentos en los que nos sentimos no tan seguros con respecto a nuestras características y el amor propio, con tantos estándares de perfección inalcanzable, se ha convertido en un camino difícil de escoger.

Que seamos fuertes, que seamos decididas, que tengamos la valentía de hablar y decir lo que pensamos no significa que merezcamos recibir palabras duras o comentarios llenos de odio. Y si somos realmente honestos, nadie se merece recibir comentarios de este tipo, ni siquiera esa chica que te parece tan extraña, ni siquiera ese chico al que pareces no soportar.

Dejemos de sentirnos avergonzados por ser quienes somos y dejemos de aceptar la idea de que otros tienen derecho a criticarnos y ser odiosos ante nosotros. Es hora de unirnos y dejarles en claro a todas estas personas que deciden hablar desde el odio que no lograrán silenciarlos y que seguiremos batallando para cada día amarnos y aceptarnos un poco más. Sí, soy una mujer fuerte, sí, soy una mujer decidida, sí, digo lo pienso y no me callo. Tus palabras podrán herirme, pero no lograrán destruirme.