Quantcast
Channel: Upsocl
Viewing all articles
Browse latest Browse all 55325

Nada te prepara para ser hija de padres ancianos. Aquí, palabras que de seguro te ayudarán

$
0
0

Un camino difícil de evitar…

*Esta es una adaptación y traducción de una columna escrita originalmente por Jackie Kay

A principios de este año mis dos padres cayeron en el hospital a causa de la misma cosa: los antibióticos, o mejor dicho, la deshidratación causada por los antibióticos. Mi madre fue la primera; llegó a estar tan deshidratada que comenzó a tener visiones. Los antibióticos revolucionaron los tratamientos por infecciones bacterianas en el siglo XX, pero en las personas mayores pueden tener graves efectos secundarios. Al consumirlo sus riñones se secan, se dañan sus nervios, su equilibrio se ve afectado, les puede dar fiebre y nauseas.

Nada te prepara adecuadamente para convertirte en padre, y menos para ser hija de padres ancianos.

Ese día de enero, mi padre, mi hermano y yo esperamos durante seis horas a una ambulancia y luego debimos esperar durante 30 horas en la unidad de evaluación aguda. Mientras tanto mi madre deliraba. Recuerdo que al ver a un anciano conectado con oxígeno dijo: “Mira a esos dos tortolitos jóvenes de ahí”.

hospital-840135_640

Después de algunos días en el hospital me preguntó: “¿Qué es este lugar? ¿Por qué algunas personas salen y otras se quedan?” Le dije que se trataba de un hospital. “Esto no es una democracia”, contestó. Estaba sorprendida de que la palabra democracia hubiera quedado en su memoria y la palabra hospital no. Ella no entendía dónde estábamos. “¿Dónde estoy?”, preguntaba una y otra vez, mientras tenía visiones de osos polares, pandas y de mujeres de 5 patas. Se preguntó si el hospital era una estación esquimal y pude ver a que se refería, ya que el exterior se encontraba bastante nevado.

large

nachtsonn3

Poco a poco volvió,  se dio cuanta que la mujer en la cama de enfrente no tenía 5 patas y trató de volver a caminar.  Pero después de 3 semanas mi padre también fue llevado al hospital. 

Lo trasladaron a una pieza solitaria y no pudieron visitarse mutuamente para prevenir que mi padre infectara a mi mamá. Es así como comenzaron a escribirse cartas.

Esta experiencia me hizo darme cuenta que vivimos en un mundo que no ha seguido el ritmo del envejecimiento de su población. Contamos con los avances de la ciencia médica y la tecnología que ha mantenido viva a la gente durante más tiempo, pero no con los avances en la forma de tratar a nuestra población que envejece.

Son desplazados de sus hogares sin su voluntad, a menudo se toman las desiciones por ellos. Prácticamente son tratados como imbéciles, agrupándolos en un sólo lugar donde se asume que son incapaces de cualquier individualidad. Nadie imaginaba que mi madre era secretaria del movimiento por la paz de Escocia, una profesora primaria, socialista, una mujer ingeniosa.

hands-114626_640

Fuera del hospital mi madre de 85 años me dijo: “A mi edad entrar en el hospital te pone años encima. Dios me libre de los lugares para la tercera edad, nunca me pienso como una persona mayor. Te ves en uno de esos lugares y piensas ¿me veo así?”.

Esta carta es muy certera, ¡debemos tomar conciencia y darle el cuidado que merecen a nuestros ancianos!


Viewing all articles
Browse latest Browse all 55325

Trending Articles