Cuando encontraron a Jasmine estaba confundida y deambulaba por las calles de Francia. Alguien la rescató y la llevó a un refugio. Allí descubrieron que era ciega, pero esto no le impidió encontrar una familia que la llenara de amor. Cuando una francesa llamada Sandra Coudray vio la foto de esta espectacular gata calicó de “dos caras”, se enamoró por completo y decidió adoptarla.
Sandra había tenido un gato que con los años se había quedado ciego, así que no tuvo problema con hacerse responsable de Jasmine.
En el refugio le explicaron su condición, pero ella simplemente pensó que Jasmine era una gata como cualquier otra.
Al principio estaba desnutrida y como había vivido en la calle, desconfiaba mucho de las personas.
Sin embargo, la salud y la actitud de Jasmine cambiaron con un poco de amor.
Ahora, ella no puede vivir sin su “mamá” humano y Sandra no puede vivir sin ella.
Es muy probable que la desnutrición haya sido la causa de su ceguera.
Esa ceguera que no le permitía confiar en otros (humanos y animales).
Pero esa Jasmine se quedó atrás. Ahora es feliz.
Aún no puede ver, pero si puede sentir todo ese amor que le dan en su nuevo hogar.
Sobra decir que es espectacular.