Últimamente los ataques, abusos, violaciones y amenazas contra las mujeres se han hecho cada vez más frecuentes. Fuimos testigos del caso de dos chicas argentinas que fueron asesinadas en Ecuador, así como también de la gran cantidad de casos de violación que se han dado alrededor del mundo. ¿Las víctimas? Mujeres. ¿La culpa? Lamentablemente la sociedad nos ha culpabilizado cada vez que hemos sido víctimas de un ataque, y simplemente por el hecho de ser mujer.
Así lo expresa en un potente mensaje María Paz, una joven chilena que pretende crear conciencia sobre algo que ha dado qué hablar durante este último tiempo: los ataques contra las mujeres y el feminismo. Sin duda, su escrito es una dura lección y un poderoso llamado a frenar la cantidad de ataques que se cometen y en los que las mujeres son las principales víctimas.
“Soy María Paz, tengo 25 años, soy chilena y soy mujer.
Nací con ‘el pan bajo el brazo’. Fui consentida y me sé privilegiada. Estudié en buenos colegios (muchos), viví siempre en una especie de burbuja, pero aún así lo he pasado mal, re mal. Porque desde los once años he sufrido episodios de acoso callejero todos los días de mi vida, haga frío o calor, tenga jeans o en pantalón de deporte, use shorts o vestido, sea día o noche, porque soy mujer.
Porque cuando le cuento a algún amigo que alguien me dijo ‘te voy a violar’, ‘te haría mierda’, ‘cosita más rica’, se ríen. Porque cuando camino de noche y siento que hay alguien caminando tras de mí, lo primero que pienso es que me pueden violar, no que me pueden asaltar. Que puede que les entregue mi billetera, mi celular, mi anillo, pulsera y puede no ser suficiente para que no me toquen.
Porque cuando paso por los quioscos y veo La Cuarta, hay una chica en bikini mostrando el culo en la portada. Siempre, porque no se puede vender un diario sin un culo.
Porque los suplementos de La Cuarta -un periódico- son más hardcore que los de Playboy, una revista erótica. Porque cuando veo que hay una deportista (en especial tenistas), se destaca su belleza y no su juego, porque en las entrevistas les piden se den la vuelta, que enseñen el trasero.
Porque cuando invito a un amigo a comer o a tomar algo y pido la cuenta, se la dan a él, siempre. Cuando la tomo y pago me hacen comentarios tipo ‘qué modernas que están ahora’, ‘qué bueno que una mujer pague’ o ‘una mujer pagando la cuenta’. Porque he tenido amigos que se me han insinuado sexualmente o derechamente me han ofrecido sex*. Cuando me niego se han enojado, me han insultado o me han hecho una broma suave tipo ‘cuando estés borracha alguna vez, te voy a violar, ya sabes ya’. Y se ríen, porque OBVIO que es chistoso que te amenacen con violarte.
Porque cuando estoy bailando y se me acerca un hombre para que baile con él, miento. Que no puedo dejar a mi amiga sola, que tengo novio, que soy lesbiana… porque me cuesta decir que no, porque nos enseñan a mentir antes que decir NO. Y yo que soy capaz de mentir sólo para no decirle que no quiero bailar con él porque es feo, porque no me gusta, porque no quiero. Pero a él no le duele decirme ‘maraca’, ‘ándate a la mierda’ o el típico ‘¿y para qué vienes entonces si no quieres bailar?’.
Porque he tenido parejas que me han tocado mientras dormía, porque me he despertado dándome cuenta de que estaban tratando de tener sex* conmigo estando inconsciente o derechamente haciéndolo. Y se disculpan diciendo que pensaban que yo estaba despierta. Eso, por cierto, también es violación.
Porque luego de eso, tienes que darte media vuelta e intentar dormir. Nunca más vuelves a descansar. Por las veces en las que mi pareja me obligó a tener sex*, porque ‘¿cómo no?’, porque él lo necesitaba (‘un hombre tiene necesidades’). Porque me hacía sentir culpable. Porque yo no lo quería de verdad y cedí, odiándome en el proceso cuando me falté el respeto.
Porque cuando hablamos de política es siempre más importante hacer notar que nuestra Presidenta es gorda, muy gorda, es una ‘Chanchelet’ antes que siquiera hablar de su incapacidad para tomar las riendas en La Moneda, de cumplir con su programa de gobierno o de dar declaraciones claras.
Porque me tratan de ‘feminazi’ cuando hablo del aborto libre, de la necesidad de una ley contra el acoso callejero, de la desigualdad, el sexismo o de que los hombres gozan de privilegios que normalizan al punto de no saber que los tienen.
Porque cuando rebato el punto de alguien me mandan a la cocina, ‘a limpiar’ o a hacerle un sándwich. Porque me nerva, me enfada cuando leo la expresión ‘sácate la arena de la vagina’ para decir que una mujer es demasiado enojona. Me duele el doble leerlo de una chica, ¿QUÉ ES ESA ESTUPIDEZ POR FAVOR?
Porque me molesta mucho cuando hablan de fútbol y se refieren a las hinchadas como ‘madres’, ‘monjas’ y ‘zorras’, siempre en femenino, siempre mujeres. Porque cuando una se queja del acoso me tachan de que exagero y de que en un futuro, cuando los hombres dejen de acosarnos, los vamos a extrañar. Vamos a echar en falta que un completo desconocido se sienta con la autoridad de opinar sobre nuestros cuerpos y nos cosifique en el espacio público (lascivamente).
Porque me da rabia escuchar que cuando a una mujer le va bien, es porque se acostó con su jefe, seguramente. Cuando está pesada, es porque le falta sex*. Cuando no tiene hijos, no puede realizarse como mujer y si está soltera, debe ser miserable o debe tener algún fallo.
Porque me da vergüenza cuando las chicas hablan de que ‘ellas INCLUSO/TAMBIÉN se hacen cargo de SUS gastos’. Loca, son TUS gastos, obvio que tienes que hacerte cargo, no eres una maravilla ni es un favor que le estás haciendo a tu pareja, es tu obligación.
Porque me entra una pataleta cuando leo los empates, ‘a los hombres también nos acosan, nos pegan, nos discriminan’, ‘cuando yo voy a una disco tengo que pagar por ser hombre’. No estoy diciendo que la violencia al hombre no exista, sólo que no porque exista significa que nosotras no somos violentadas. No porque ustedes TAMBIÉN sufren significa que nuestras injusticias no valen.
Y ese hecho, ese odio por el feminismo, no lo entiendo ¿qué duele? ¿Duele que se llame FEMINismo? Se quejan de que el feminismo nos divide, de que hay que abogar por la igualdad, ‘no al machismo y no al feminismo’, léanse, en serio, ¿de qué me estás hablando?
Nos han hecho mierda. Nos han mutilado los genitales. Nos han tratado como propiedad de padres y esposos. Nos mataron por brujas, por put*s, por querer estudiar, por querer trabajar, por querer votar, por querer ganar lo mismo, por querer usar anticonceptivos, por disfrutar el sex*, por negarnos a las violaciones y, cuando reclamamos, el feminismo es el problema.
¿Y las mujeres que no se consideran feministas? Sin el concepto del anarquismo, porque eso sí que no es feminista pero porque no concibe al género, así de radical, así de utópico y así de perfecto.
Me quedo con algo que hace un tiempo me contó mi mamá. Dijo que mi papá le confesó en un momento que su mayor miedo como papá era que yo no tenía miedo.
Que eso lo torturaba cuando yo viajaba sola a Europa, por ejemplo. Que no dormían hasta que no llamaba para decir que estaba bien. Porque sé bien que su miedo no era que perdiera un vuelo, que me robaran la plata o el pasaporte, el miedo era que me violaran o que me raptaran, porque soy mujer. Porque gracias a la universidad de la vida, conocí mujeres en mi facultad, de sociología, que me enseñaron lo que era feminismo. Lo que no me enseñaron en mi casa, en todos los colegios o en la universidad, me lo enseñaron ellas. Palabras como misandría, heteronormatividad, objetivación, cosificación, patriarcado, matriarcado, machismo y hembrismo (teórico) se añadieron a mi vocabulario. GRACIAS.
Y ahora que lo entiendo ya no tengo miedo, tengo rabia.
Porque soy chilena, tengo 25 años, he vivido en una burbuja y lo he pasado mal, no imagino cómo deben haber sufrido otras que la han tenido difícil ¿por qué? Porque tenemos vagina, porque nací mujer.
Nada que celebrar, ni una menos y ni un paso atrás”.
¿Qué opinas de su mensaje?
*Algunos modismos chilenos de la publicación original han sido cambiados para la mejor comprensión universal del texto.