A veces un detalle nos puede cambiar la vida
El fotógrafo más amargado de la ciudad tenía uno de los peores días de su vida. Parecía que una nube negra le seguía a todas partes. Por eso cada vez que iba a la escuela primaria a tomarle las fotos para la revista escolar a los niños les borraba su inocente sonrisa con comentarios desagradables que muchos de los chicos no entendían. Hasta que una adorable niñita lo miró a los ojos y no dejó de sonreír.
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A veces una pequeña risa o una mueca de felicidad es capaz de cambiarnos todo el rumbo de las cosas.
¡Sonríe te ves mejor así!