¿Eres de las que se preocupa por todo? Te entiendo. Es algo que parece estar fuera de control, más allá de nuestro alcance y que nunca se acaba. Te preocupas porque quizás heriste los sentimientos de alguien, te preocupas porque estás trabajando muy duro o porque quizás crees que no estás dando todo lo que puedes. Te preocupas por las entregas, por los cumpleaños, por ese regalo que le compraste a tu mejor amiga y que no sabes exactamente si le gustó o no. Te preocupas porque de tanto preocuparte quizás no estás viviendo la vida que deberías.
¿Sientes que puedes identificarte con todo lo que acabo de decir? Si es así, bienvenida al club, lo primero que quiero que sepas es que no estás sola, de hecho, somos muchos los que nos preocupamos en silencio día tras día, minuto a minuto.
El problema con preocuparse tanto es que dejas de vivir el presente y comienzas a vivir en un futuro imaginario. Te la pasas pensando en cosas que podrían pasar sin nunca recordar lo más importante: ¿qué es lo que logras preocupándote tanto? ¿logras tener más horas cada día? ¿logras tener más días en tu semana? La respuesta a esa pregunta siempre me parece obvia pero muy reveladora.
La verdad es que, de partida, preocuparnos no sirve de mucho y por otro lado, el destino siempre nos tiene sorpresas que para bien o para mal aportan en nuestro crecimiento como personas. ¿De qué sirve seguir preocupándose si realmente no podemos controlar casi nada de lo que sucederá en el desconocido futuro? Y sobre lo que sí puedes controlar… ¿para qué preocuparte si tú eres quien guía tu vida? A veces nos cuesta terminar de creer que realmente tenemos el poder de dejar ir lo que no podemos controlar y de vivir finalmente en paz.
Personalmente, no creo que nuestro destino esté escrito pero sí creo que la vida nos entrega las señales indicadas en el momento indicado. Son como pequeñas flechas que nos muestran el camino y lo único que tienes que hacer es seguirlas y confiar. Hey, no estoy diciendo que dejar de preocuparse sea sencillo (no quiero ni admitir todas las cosas que pensé y anoté en mi viaje hacia el trabajo), tampoco estoy diciendo que sea la cura a todos los males. Simplemente creo que tenemos que darnos la oportunidad de dejar de ser tan severos con nosotros mismos y de confiar un poco más. Tenemos un propósito en esta tierra, por algo estamos aquí ¿no?