Es la culpabilidad del viajero. Si decidiste emprender una aventura lejos de casa es más que normal que te sientas culpable. Es extraño porque no estás cometiendo un crimen sencillamente por estar de viaje, pero los lazos de afecto que te unen a tu pareja, tu familia y tus amigos pueden llevarte a pensar que los has abandonado.
1. Demuestra que te has preparado para el viaje (aunque no sea así)

La mayoría de sentimientos de culpabilidad son una respuesta a la sobreprotección de padres inseguros, así que darles un poco de información clara y concreta no está de más.
2. Sonríe a la cámara

Muchos de los problemas que ocurren durante un viaje pueden ser resueltos con facilidad. A no ser que se trate de una verdadera emergencia que se escape de tus manos, será mejor que no les cuentes estos detalles negativos a tus seres queridos.
3. Saluda con frecuencia

Mantener la comunicación con tu círculo pareja-familia-amigos es la clave para evitar a toda costa la culpabilidad. Te sentirás bien tú, se sentirán mejor ellos.
4. Mira el lado bueno

Por intensa que sea la culpa que sientes piensa en que si tanto los extrañas es porque, al fin y al cabo, los quieres.
5. Convierte la culpa en algo bueno

Escribe una carta a mano, envía una postal, compón una canción, qué sé yo, transforma esa mala sensación en material artístico.
6. Comparte tus sentimientos

Habla con otros viajeros. A no ser que estés en la mitad de un desierto no será difícil encontrar otras personas en tu misma posición que te entenderán con facilidad.
7. Escribe

Para ti, para otro, para todos. No sólo encontrarás respuestas en lo que escribas, también podrías iniciar tu propio blog.
8. Llora

Si es inevitable, haz catarsis. De vez en cuando viene más que bien y no por esto se va a terminar tu aventura.
9. No regreses antes de tiempo

Que la razón no sea la culpabilidad. Eso no.