Nos encantan los niños porque son el futuro, son lo más importante que dejamos como legado al mundo y, principalmente, porque nos hacen reír a carcajadas. Pero algo que también nos gusta mucho es la música, por eso cuando ambas cosas se unen, nos ponemos a saltar de la alegría.
El amor por la música puede nacer a muy temprana edad, como esta pequeña que aún no sabe hablar, pero sabe dirigir muy bien a la orquesta de su iglesia.
Quién sabe si en unos años más la podamos ver como este joven director de orquesta. ¿Me creerías si te digo que sólo tiene 7 años?
Mira a este pequeño que, con sólo 3 años, ya tocaba con André Rieu.
Pero no todo tiene que ser música clásica. Quizá hayamos descubierto un talento para el rock (pon atención al minuto 1:00)
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