El amor es un estado mental donde pretendemos ser la prioridad de alguien. ¿Los resultados? Los resultados dependen de que tan de buenas estés. Además, con el tiempo todo se marchita como una flor, sino riegas la planta, no seguirá viva. Si al comienzo eras cariñoso, durabas hasta altas horas de la noche hablando con tu pareja, decías cosas ridículas, tenías detalles pequeños como regalarle una menta o besar en la calle; no pretendas que ahora que no lo haces él/ella sea feliz. No significa que no te ame, sólo le hace falta aquella parte de ti que le demostrabas sin prejuicios.
Amar, es tan sólo una manera de vernos y mimarnos en el otro. Acariciarnos en él/ella para ser feliz, tal vez decir una frase de todo corazón que a la vez quisiéramos que nos la dijeran. Besar, porque queremos que acaricien nuestros labios y nos hagan sentir importantes mientras demostramos nuestros sentimientos sin temor.
Esta reflexión nace del deseo de invitarte a expresar tus sentimientos con la persona que realmente te ama y tienes a tu lado. No te canses de repetir y demostrar, tal vez no lo sepas pero a esa persona le emocionaría un detalle material o una atención, un te amo o que le dediques una canción. No te rindas en el camino, tu pareja hoy te necesita, mañana no sabes si contarás con ella.
¿Eres agradecido/a? No me refiero a decir gracias, sino a valorar lo que la otra persona hace por ti. ¿Te da igual que la persona que amas sea detallista o no? ¿Que tenga atenciones contigo? Si te da igual, déjame decirte que así no lo creas, el día de mañana va a extrañar esas actitudes actualmente irrelevantes, o peor aún, esa persona se va a cansar de ver una actitud pasiva e intolerante con lo que desearía fuera una felicidad y real gratitud. Ama pero también déjate amar.
Por último déjale sentir a esa persona que es importante en tu proyecto de vida, que no es un punto más en tu línea de el tiempo, ni un estado civil actual. Sé realista pero no conviertas tu relación en un “no importa lo que pase mañana” .