Te agradezco. Sí, como lo oyes, gracias. Gracias por haberme alejado en el momento menos esperado. Aunque no fue de la mejor manera y no entendí muchas veces el porqué. Pensé en lo egoísta y narcisista que eras, sin duda me alejaste a tiempo de cometer el mayor error de mi vida.
Ahora conforme pasa el tiempo, creo que fue tu mejor decisión, la más madura diría, comparando con las demás, me arriesgaría a decir que la mejor de tu vida. Y te lo agradeceré eternamente. Porque al sacarme de tu vida de esa manera bruta y egoísta, generaste muchas cosas mejores que tú.
Cuando yo creía que sólo existían tú y nada más aparecieron otros continentes y personas por descubrir. Me hiciste abrir los ojos ante el mundo y mi vida. Gracias a ti conocí lugares maravillosos que quizás jamás me hubiera arriesgado a ir y personas que quizás jamás hubiera conocido por creer en ti.
Esos lugares me dieron experiencias y momentos sin aliento, de esos que no puedes comparar ni con mil likes de Facebook, que sólo te provocan suspiros.
Sin duda me alejaste a tiempo, y agradezco que hayas sido tú, el egoísta y narcisista de siempre.
Gracias por no quererme en tu vida.