Comer de forma más saludable es una necesidad, aunque eso no significa que sea algo placentero necesariamente. Admitámoslo: la comida es para disfrutarla, no para andar contando sus calorías obsesivamente. Soy de esas personas que creen en un balance absoluto, y es por eso que a lo largo de estos años me he dedicado a buscar formas de mantener mi peso, sentirme bien, tener energía y seguir disfrutando de las comidas que amo y que me quitan el sueño.
Estos son algunos de los trucos que me han ayudado.
1. Convierte tus comidas favoritas en algo más saludable cambiando sólo un ingrediente
¿Cuántas veces no has pensado que tendrías que dejar de lado tu comida favorita sólo porque no era tan saludable? En vez de pensar de forma tan radical, escoge cambiar un elemento a la vez. Si te encanta ponerle mayonesa a tus comidas, prueba hacer una casera o hacer una crema de aguacate. Si amas las papas fritas, prueba hacer papas horneadas o grilladas. Si amas las hamburguesas de comida rápida, prueba comprar una hamburguesa de carne magra, grillarla y hacer tu propio pan con vegetales y hamburguesa en casa.
La clave no siempre son las calorías, sino que también el contenido nutricional de lo que añadimos o dejamos de lado.
2. Usa sólo 2 horas de tu fin de semana para preparar comida para toda la semana
¿Quieres comer más saludable pero no se te ocurre cómo ni con qué tiempo? Prueba cocinar frijoles negros, garbanzos, arroz integral o vegetales horneados con aceite de oliva en grandes cantidades. Después arma porciones para almuerzos y cenas: proteína (pollo horneado, legumbres, quinoa o huevos), carbohidratos (arroz integral y/o verduras grilladas), alguna verdura fresca y grasa buena (como aceite de oliva o aguacate).
3. Asegúrate de comer más proteína: te sentirás más satisfecho
Según la revista de medicina de Harvard, consumir más proteína y mezclarla con fibra y grasas buenas es la clave para sentirnos más satisfechos, no comer tanto y perder peso. Debido a que el cuerpo recibe los nutrientes que necesita justo en el momento que los necesita, la sensación de hambre o de ansiedad por comer que podamos sentir disminuye considerablemente y somos capaces de concentrarnos de mejor forma en lo que necesitamos hacer.
4. Si no puedes vivir sin tu postre, dale un final dulce diferente a tus almuerzos
¿Qué tal galletas de arroz con miel? ¿Y si pruebas una fruta? ¿qué te parece un yogurt griego de tu sabor favorito? El chocolate bitter o dark también es un buen substituto y no tienes que renunciar a tu café preferido ni a tu té.
5. Únete al movimiento descafeinado
El café es delicioso. Tiene un sabor único y nos entrega momentos muy especiales, sin embargo, la cafeína puede dejarnos con una energía un poco nerviosa que después se convierte en cansancio y posteriormente nos hace sentir más deseos de consumir alimentos azucarados. Pero no tienes que decirle adiós al café, sólo basta con que cambies tu taza de siempre por una taza de café descafeinado y te sentirás mucho mejor.
6. Cambia tus snacks de siempre por frutos secos
Muchos sienten que los frutos secos no son tan buena opción porque tienen más calorías. Pero si tomas en cuenta que contienen proteína y grasas saludables, te darás cuenta que te sentirás más saciado y que al final ‘ahorrarás calorías’. Si los consumes como snacks entre comidas cuando llegue la hora de la cena y el almuerzo no sentirás tanta hambre y podrás comer con más moderación.
7. Añade estos tres granos a tu dieta y siente la diferencia: avena, quinoa y arroz integral
Una buena forma de comer más saludable sin eliminar nada, es partir por añadir otros alimentos a la dieta. Prueba consumir avena al desayuno, quinoa con vegetales al almuerzo y arroz integral con vegetales y proteína por las noches. Al ser alimentos con alto contenido en fibra sentirás deseos de comer menos, tendrás más energía y sentirás menos deseos de comer comidas azucaradas o beber cafeína.