Con la llegada del “tercer piso”, muchos y muchas ven con cierta nostalgia los años de juventud veinteañera y añoran las épocas universitarias donde sólo importaba no hacer nada durante el semestre y llegados los exámenes finales, suplicar un milagro. ¡Eso era vida! Planear tu fin de semana desde el lunes, pensar a qué playa irías en Semana Santa y calcular cuánto necesitabas para acreditar, dignamente, el semestre.
Sin embargo, llegados los treinta o sobrepasados, todos nos hemos dicho alguna de estas mentiras, a nosotros mismos o a otras personas, treintones como nosotros que, invariablemente, se las han dicho también. ¿Me expliqué bien? Pues ahí van.
1. “No amiga, no me veo de 30, máximo 26, eso me dicen todos”
Siento desilusionarte amiguito y amiguita. Las patas de gallo y la piel cobrando factura a tus desveladas universitarias no mienten. Tampoco cuentan los comentarios halagadores de tu mamá, siempre te verá como su bebé incapaz de crecer. Pero no importa, eso demuestra sabiduría y experiencia, ¿no?
2. “Soy canoso prematuro”
Da igual si las canas te comenzaron a salir a los 22 o a los 40 ¡Tienes canas, punto! En el caso de las mujeres, generalmente se pueden –y lo hacen – pintar el cabello, pero ¿los hombres? Si bien es poco común que los hombres se las pinten, ya hay varios que lo hacen y ¡claro que NO está mal!
La barba es más común pintársela, sólo busca un tinte adecuado.
3. “Las arrugas (frente, patas de gallo, etc.) son porque me asoleo mucho y no uso protector solar”
¡Mentira! Los años no mienten y mientras la ciencia no haga nada espectacular, conforme crezcas vas a tener más y más arrugas ¡acéptalo! Por más cremas milagrosas que uses y ni cientos de cirugías o tratamientos milagrosos que existen pueden evitarlo, además, tener arrugas es cool.
4. ¡Vamos a seguir la fiesta! ¡Aún aguanto!
No, sabes que probablemente aguantarás la noche como un campeón, como cuándo tenías 22, pero la realidad es que al otro día, en el trabajo, estarás muriendo lentamente; tú sudor corporal emanará cansancio y agotamiento y las horas pasarán lentas.
La resaca te durará dos o tres días, mínimo.
5. ¡Vamos a jugar fútbol! ¡Voy a correr el próximo medio maratón! ¡Tengo muy buena condición física!
Diez minutos después de haber iniciado la actividad física vigorizante, estás pensando en que no debiste comer ese corte de carne en la comida o sobrepasarte con la pasta. Además piden con urgencia un inhalador para el asma.
6. [… en el antro o bar, la canción de moda…] ¡Me encanta esta canción, amiga! ¡Me sé todos los pasos!
Bailar como si fuera La Macarena todas las canciones de Pitbull, no significa bailar como la “juventud”, entendámoslo.
7. ¡Mira a esa chica, amiga, tengo mejor cuerpo que ella!
¡Mentira! La naturaleza es muy sabia y por más que vivas en el gym, hagas dieta de la luna o similares, hay cosas que los años quitan.
¡La pancita es sexy, en serio!
8. ¡Se me ven increíbles estos “leggins”!
Hay ropa que usa la gente joven de hoy que simplemente no nos queda, entendámoslo.
9. ¡Es una señora (r)! ¿Cómo crees que me va a gustar?
Aunque esté más cerca de los 50 años que de los 20 ¡Te gustó! Y jamás lo vas a aceptar.
Los menores de 23 no son precisamente de tu agrado.
10. “Lo bajo rápido ¡Tengo buen metabolismo!”
¡Mentira! Sabes que los próximos 54 días tendrás dieta extrema para bajar esos 250 gramos de carne con grasa, la cerveza –Light, eso sí- y el suculento postre, claro.
11. ¡Soy joven para casarme!
Aunque lo niegues en público, comienza a moverte el tapete el hecho de ver a tus amigos casarse, incluso a él o ella que jamás pensaste verlos con traje de pingüino.