El cerebro es una máquina tan perfecta como el resto del cuerpo humano y, como tal, puede hacer muchas cosas y, día a día, poner a prueba tu ingenio con diferentes tareas. Pero cuando se enfrenta a preguntas capciosas, suele caer en errores que después lamentamos. Sin embargo, cuando somos niños, percibimos el mundo de una manera tan diferente, que somos capaces de resolver tareas que aparentan gran dificultad en cuestión de segundos. Como este desafío.
El desafío es descifrar qué dirección tomará el bus cuando vaya hacia adelante ¿izquierda o derecha?

La pregunta ha dejado a varios adultos rascándose la cabeza (seguro tú también estás así), pero las estadísticas dicen que el 80% de los niños menores de 10 años que lo enfrentaron, pudieron resolverlo en cuestión de segundos. El fenómeno fue estudiado por la University College de Londres que intentó dar una respuesta satisfactoria a la duda.
Los niños menores de 12 años perciben la información visual diferente a los adultos, que además de usar los datos vistos, usamos otras señales sensoriales para emitir juicios.
