Cuando dos hombres en Rusia se percataron de que un gatito lloraba desesperado cerca de ellos, se les ocurrió asomarse por la ventana para ver de dónde provenía el ruido. Y allí justo sobre sus cabezas vieron lo que estaba ocurriendo: en el apartamento de arriba, un curioso gatito había quedado colgando de una de las líneas para colgar ropa y se aferraba con todas sus fuerzas para no caer.
Ambos sabían que debían actuar rápidamente, de lo contrario la situación podría terminar trágicamente. Así que tomaron lo primero que encontraron que pudiese servirles para rescatarlo, una manda y una escoba.
Desplegaron la manta y la colocaron abierta bajo el gatito para atraparlo cuando cayera y otro de los hombres comenzó a tocarlo y moverlo con la escoba para que se soltara.
Pero el gatito, bastante confundido y asustado, sólo comenzó a gritar y aferrarse más fuerte.
Pero mientras batallaba por escapar de la escoba y aferrarse al alambre, sus garras cedieron y al fin cayó.
Los hombres lograron atraparlo en la manta y lo llevaron dentro del apartamento para alejarlo del peligro y con esta amable acción, se convirtieron en verdaderos héroes.