Desde hace años que el estado de contaminación de la capital de China ha sido grave. El país ha crecido mucho económicamente, pero sus índices de emisiones de carbono son de los mayores del mundo. Esta alerta roja nunca antes se había dado. Y marca un antes y un después, porque la situación es seria y las autoridades deberán tomar medidas para bajar los niveles.

Los colegios han cerrado sus puertas y también las construcciones al aire libre.


Los ciudadanos, preocupados por la alerta, han salido de sus casas con mascarillas y evitan exponer a sus hijos. Se sabe que vendrán 3 días más de una fuerte polución.
Para evitar que se agrave el estado, ciertos coches no podrán circular algunos días de la semana.

La visibilidad ha disminuido de gran manera, haciendo más preocupante la situación de la ciudad China.

El aire de Beijing se ha llenado de partículas consideradas venenosas (PM). Una cantidad que es 10 veces superior que el límite establecido como seguro. Estas partículas llegan a ser 256 microgramos por metro cúbico en las peores áreas y la OMS considera 25 microgramos por metro cúbico como el “límite recomendado”.

Activistas dicen que los niveles de partículas venenosas llegan a los 1.400 microgramos por metro cúbico en la ciudad de Shenyang.

Las autoridades chinas han sido reticentes de bajar sus niveles de emisiones de carbono. Ahora tendrán que considerar una cambio de rumbo y salir de la dependencia de los combustibles fósiles.
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