Hoy en día los animales son tratados como esclavos. La sociedad los considera objetos; sus dueños pueden decidir qué hacer con ellos, sin importar si es perjudicial para su salud. Los laboratorios que desarrollan nuevos tipos de maquillajes los utilizan para realizar pruebas realmente crueles. En salas iluminadas les conectan cientos de máquinas y cables a su cuerpo. Y a pesar de que intenten quitarse los aparatos, los científicos los mantienen en esa tortura por una sola razón: dinero.
¿Qué es lo que nos hace diferentes a ellos? Ellos pueden sentir, entienden que nosotros causamos su dolor e incluso que los llevamos a la muerte. Las compañías de maquillaje ganan millones de dólares haciendo que las personas quieran mejorar su apariencia. Sin embargo, lo que esconden es atroz y si uno tuviera verdadera consciencia del sufrimiento provocado no podría seguir consumiendo esos productos. Afortunadamente, existe una empresa de maquillaje llamada Lush que decidió ser una compañía “libre de crueldad”.
Con una poderosa e impactante campaña hicieron ver lo terrible que es el proceso de experimentación científica en animales. Saben que la mejor manera de hacerle entender esto a la gente, es abordándola por su lado emocional. Por eso, una mujer de 24 años llamada Jacqueline Trade, aceptó someterse a las mismas pruebas dentro de una vitrina de comercio. Ella fue atada, le pusieron una especie de bozal; casi no podía respirar, rociaron químicos en su cuerpo, sus ojos debían permanecer abiertos mientras le suministraban substancias extrañas… Y todo eso sin reclamos.
La campaña fue realizada en Londres, donde cientos de personas pudieron observar el evento. La gente se mostraba sorprendida por lo que veía. Sus reacciones expresaban espanto y gracias a eso se pudo concluir que la performance había dado resultado.
Según las estadísticas, un 50% de los adultos están en contra de las pruebas con animales y se horrorizan por la cantidad de criaturas muertas que dejan los experimentos.
¿Qué piensas tú sobre las pruebas con animales?