El uso excesivo de pesticidas y productos químicos puede afectar el desarrollo de las plantas y también puede ser riesgoso para los seres humanos. Tanto así, que ciertos plaguicidas están asociados a algunos tipos de cáncer, al párkinson, al alzheimer y a enfermedades desarrolladas por los recién nacidos. Además, el abuso de estos productos ha tenido otras devastadoras consecuencias para el medio ambiente, como la muerte de millones de abejas y el hecho de que muchos vegetales tengan ya en sus componentes elementos tóxicos. Sin embargo, las plagas son un problema real en los cultivos y es necesario controlarlas de alguna manera. Existen alternativas, como los pesticidas orgánicos, o bien, el uso de hormigas en los cultivos, pero recientemente se está desarrollando en Florida una forma absolutamente novedosa para controlar a las molestas plagas: ondas de sonido.

En los cultivos de Florida existe el gran problema del psyllidae en los cítricos, un insecto que porta una bacteria que produce que las hojas se pongan amarillas e, incluso, puede matar a un árbol. De acuerdo a un entomólogo del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos:
“Estamos tratando reducir el uso de pesticidas en los campos de naranjos porque nos preocupa que los árboles se hagan resistentes”.
Recientemente, Mankin presentó los resultados de sus investigaciones en la Sociedad Acústica Americana y lo que ha desarrollado es sorprendente. Te preguntarás qué tiene que ver la Sociedad Acústica Americana en todo esto, pues el entomólogo pretende, a través de ondas de sonido, evitar que el psyllidae macho se aparee con la hembra, extinguiendo sus señales de llamado. En resumen, pretende evitar que macho y hembra se comuniquen y, por lo tanto, no podrán aparearse ni producir huevos en los campos de cultivo.

Para evitar la comunicación, los investigadores desarrollaron un dispositivo que contiene un zumbador piezoeléctrico y un micrófono conectado a un microcontrolador. Todo un aparataje técnico cuyo simple objetivo es que la cita entre dos insectos no se concrete. ¿Cómo funciona? Pues este aparato detecta la llamada masculina y emite una falsa respuesta femenina a través de ondas acústicas. Cuando el insecto macho llega hasta el dispositivo en busca de su nueva conquista, se pega en una superficie adhesiva que lo inmoviliza.

En un principio, la idea de Mankin es que estos dispositivos acústicos trabajen en conjunto con los pesticidas, de manera colaborativa. Sin embargo, se cree que pronto los insectos se harán resistentes a los químicos, por lo que este tipo de tecnologías podrían ser una gran solución. Sin embargo, los precios de la tecnología aún son altos, por lo que se espera que en el futuro disminuyan. Las señales ultrasónicas no solamente trabajan contra el psyllidaem sino también contra otros insectos que pueden ser dañinos: mosquitos, moscas, grillos, grillos de campo, polillas, cucarachas y moscas de la fruta, por lo que sería útil en diversos cultivos.
Se trata de una tecnología sostenible, absolutamente amigable con el medio ambiente, que no es tóxica y que podría ayudar a la producción de alimentos para una población mundial que está en ascenso.
El desarrollo de la tecnología sigue en curso y esperamos que pronto esté disponible.