1. No quieres arrepentirte de tu decisión
No lo estás pasando bien. Sabes que han tenido momentos mejores en su historia. Pero no te parece aún que sea suficiente. Piensas que quizás está pasando por una mala etapa. Que todo pasará en algunos días. Lo peor que podría suceder, es que él mejore. Y quieres esperar hasta que eso ya no sea una posibilidad. Aún sientes que podrías arrepentirte.
2. Sabes que cuando lo hagas, no hay vuelta atrás
Ese es el mayor problema, y de donde vienen tus dudas. En el momento en que dirás adiós, sabes que no tendría que haber una segunda oportunidad. No quieres esperar a que corra tras de ti y te diga que cambiará. Parece imposible. Y es duro saber que todo se acabaría de manera tan drástica.

3. Antes, quieres saber que agotaste todas las oportunidades
Quieres estar segura de que lo intentaste. De que diste tu máximo esfuerzo, pero no hubo frutos. De que el dolor y lo malo de la relación eran solo algo pasajero. El punto es hasta dónde estás dispuesta a esperar. Cuánto serás capaz de aguantar.
4. Sientes que tus argumentos son subjetivos
Pero el amor también lo es. No hay un verdadero ni un falso, todo depende de cada persona. De quien lo vive y siente. Por lo que no hay quien te pueda aconsejar con certeza. Piensas que como están en un mal momento, lo ves todo negro. Debes hablarlo contigo misma profundamente. Solo tú tienes la respuesta.

5. No te sientes lo suficientemente fuerte para hacerlo
Todas estas dudas no te dan la energía suficiente como para tomar la decisión. Piensas que si hay confusión, es porque no es el momento aún. El adiós debe esperar. Pero cuando llevas pensando un buen tiempo en terminar, quizás sí debes hacerlo. No tienes por qué aguantar un mal amor. Busca la fuerza en ti.
6. Por más que duela, es difícil imaginarte la vida sin él
Todo final amoroso dolerá. Eso está claro. No te quedes esperando hasta que algo terrible suceda. Te mereces algo bueno. Por más complicado que sea dejar a alguien que has amado.