“Nunca debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas”- Charles Dickens
Siempre hemos escuchado que quienes lloran demasiado son débiles o, incluso, cobardes. Pero lo cierto es que llorar no te hace alguien menos fuerte que los demás, al contrario, demuestra que estás completamente conectado con tus emociones y que eres mentalmente fuerte. Las lágrimas no tienen nada que ver con debilidad, y no debes sentirte avergonzado por ellas.

Llorar no tiene nada de malo, de hecho es bastante bueno para tu salud. Según el neurocientífico, Dr. William H. Frey II, “llorar no es solo una respuesta humana al dolor y frustración. Es una respuesta saludable. Llorar es una manera natural de reducir el estrés que no pudimos expulsar y que tiene efectos negativos en nuestro cuerpo, incluyendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y otros tipos de estrés”. Y está comprobado, pues algunas investigaciones demuestran que el 85% de las mujeres, y el 73% de los hombres, se sienten mejor después de haber llorado. Es por eso que cuando estás mal las personas te dicen que te “desahogues” y llores, porque es cierto que te hará sentir mejor.

Por otro lado, cuando lloras eliminas todas esas energías y emociones negativas que te afectan. Sabes qué necesita tu cuerpo y es claro: expulsar todo ese mal para que puedas volver a levantarte y salir adelante sin problemas. Así mismo, al llorar le demuestras a otros que no te interesa lo que piensen de ti, pues sabes que ser vulnerable es parte de ser humano y eso es completamente valioso. Y llorar demasiado le hace entender a los demás que estás deshaciéndote de esos muros que te encierran y te hacen sentir ahogado.

Claro, probablemente las críticas y los “eres débil por llorar” nunca se acaben, pero lo cierto es que eres más fuerte que todas esas personas, pues demuestras que estás en contacto con tus sentimientos y que tienes una inteligencia emocional que te permite sentir cada momento. Además, llorar tiene beneficios como el liberar las hormonas del bienestar, que te rescatan del estrés y la ansiedad. Te ayuda a lubricar tus ojos y a prevenir la deshidratación y mata las bacterias y toxinas que afectan a tu cuerpo.
¿Ya viste que llorar en realidad no te hace débil? Toma tu pañuelo y no sientas vergüenza la próxima vez.