Porque hay formas de volver a estar optimista.
Cuando nos sentimos derrotados pareciera que estamos cayendo en un hoyo sin fin. No podemos vislumbrar una salida ni soluciones para los problemas que nos aquejan. Buscar compañía, dar paseos al aire libre, todas esas cosas que de alguna manera sabemos que podrían ayudarnos nos parecen muy lejanas. La energía falta y solo queremos estar tranquilos y esperar a que por obra del destino nuestro humor cambie o venga alguien a resolver lo que nos afecta. Esta lista da soluciones simples basándose en consejos de diferentes personas a las que les han funcionado:
1. Haz una lista de las cosas que están mal
Hacer una lista de las cosas que están mal puede parecer superficial, pero en realidad es bastante útil. No es que se quiera llegar a una conclusión definitiva sobre el error de fondo, sino que sirve para clarificar los pensamientos y escapar un poco de esa visión difusa que nos impide seguir adelante. A veces es mejor tener una lista infinita sobre pequeñas molestias e insatisfacciones, que el sentimiento ilógico de que todo juega en contra de uno.
2. Celebra tus superpoderes
Recuerda tu forma de pensar cuando tenían 8 años. Todo lo que en ese momento te parecía genial y no podías lograr por ser menor, ahora lo puedes conseguir con mucha mayor facilidad. Si quieres, puedes llenar tu refrigerador de pizza y bebidas, puedes adoptar todos los cachorros que quieras y jugar con ellos, también puedes ir al cine y quedarte allí todo el día si así lo deseas. Hoy eres capaz de hacer cosas increíbles que te harán pasarlo genial… ¡Aprovéchalo!
3. Reconoce tus errores
Reconocer los propios errores es una forma de avanzar. No hay nada peor que quedarse en el pasado sufriendo una y otra vez por lo que ya pasó y no tiene remedio. Una visión pragmática puede ser útil para alejarse de los pensamientos negativos que invaden la mente.
4. Saca provecho de tus momentos de crisis
Para mucha gente los momentos que consideran como “los mejores de sus vidas” son el nacimiento de un hijo, el día en que se conoció a la pareja, etc. Pero la verdad es que también hay otro porcentaje muy grande, para el que las mejores épocas son las que contienen un elemento negativo que los hizo aprender. Esto puede ser: pasar por un divorcio, contraer alguna enfermedad, la muerte de un ser cercano, entre otras. No es que el hecho mismo sea lo que se agradezca, sino la lección de vida que vino por añadidura.
5. Proponte proyectos tangibles
Quedarse en lo abstracto puede ser perjudicial en los momentos en que uno está pesimista. Los pensamientos se confunden y las apreciaciones son susceptibles de cambiar radicalmente de un momento a otro. Por eso, es conveniente llevar los actos a la materia misma; actividades manuales pueden dar la calma que uno necesita, como también dejar de planificar tanto y ponerse en acción.
6. Amplía tu perspectiva
No todo gira en torno a uno, las cosas tienen sus propios ciclos y a veces sucede que se pierde esa consciencia y se comienza a ver todo como si confabulara para hacer daño. Hay que salir de los límites conocidos para experimentar ese escenario mayor que quita el sentimiento de sentirse siempre víctima.
¿Qué piensas de esto?