Es que eso de que el tiempo cura todo es la mentira más grande del mundo. Te fuiste papá, y no vas a volver, y el tiempo no tiene nada que ver con eso. Y mientras más días pasan, más raíces me atan los pies y me aferran al suelo. Es la vida.
Tendrías que estar conmigo y conocerlo. Estoy segura de que te hubiera caído bien. Hablarían de sus barbas, de cómo cortarlas, peinarlas y cuidarlas. Hablarían de que no como lo suficiente, de que estoy flaca, se pondrían de acuerdo y hasta me retarían al unísono.
Tal vez hasta nos prestabas el coche, maneja muy bien, él no tiene paciencia, va por la calle esquivando y pasando autos… Tal como lo hacías tú.
Deberías estar conmigo y conocerlo. Deberías escucharme decir que por fin me enamoré y que eso de estar sola ya lo descarté. Estoy tan segura de que te pondrías contento, te reirías de mí, me dirías una vez más que eres feliz si yo soy feliz.
Desde que te fuiste hace mucha falta un Dios, pero créeme que él me cuida, que me adora, casi tanto como tú. Mamá ya lo conoció y le encantó. Dice que tiene cara de pícaro y que resalta del montón.
A él siempre le hablo de ti, y no me canso de pensar en todo lo que haríamos si estuvieses acá.