Debido al calentamiento global producido por factores humanos, las barreras de hielo de la Antártida se están desintegrando a un velocidad descomunal. Una de ellas, conocida como Nansen, tiene una área estimada de 1.750 kilómetros cuadrados (el doble de Manhattan) y seguramente será la próxima en desprenderse.
Así se veía la grieta en diciembre de 2013:

Y así se veía en diciembre de 2015:

Ryab Walker, investigador del Observatorio Terrestre de la NASA confirmó la noticia:
“La parte frontal de la barrera de hielo Nansen… parece lista para expulsar un iceberg tabular. Hay una enorme grieta, con millas de largo y en ocasiones más de cien yardas de ancho, que se extiende más o menos paralela a la parte delantera de la plataforma de hielo”.
Las barreras de hielo como Nansen son extensiones flotantes que cumplen con la función de contener a los glaciares.
Cuando estas barreras desaparecen, los glaciares se derriten con rapidez en el mar.
Si bien el desprendimiento de una barrera no causa aumentos significativos en el nivel del mar, un glaciar derretido sí lo cambia todo.
Sin embargo, Nansen ni siquiera se clasifica como una “gran” barrera, contrario al caso de otra conocida como Ross, que colapsó al final del último periodo glaciar (hace 10.000 años). El “pedazo” que cayó al mar medía 280.000 kilómetros cuadrados, o sea: 360 veces el tamaño de Manhattan.
Es posible que se derrita antes de mitad de año debido a los fuertes vientos que azotan a la Antártida.