Para el 2014, la Organización Mundial de la Salud contó que el 39% de los adultos tenía sobrepeso y el 13%, era obeso. Tracy era parte de ese porcentaje, pero decidió poner manos a la obra y sudar para dejar de vivir la vida que había llevado hasta entonces para vivir la que de verdad quería.
Tracy llegó a pesar 156 kilos, entrando en la obesidad mórbida y arriesgando cardiopatías, diabetes y hasta cáncer, según sus médicos.

Ella cuenta en “Unsupersize me” -el documental que su instructor hizo durante el proceso- que siempre había vivido siendo víctima de bullying a raíz de su físico, llegando a ver un refugio en la comida y enterrar en, lo que ella llamó, una falsa felicidad, todas sus frustraciones.