Charlie Crenshaw tiene 6 meses de edad y vive con su mamá, papá y hermano mayor en Atlanta, Estados Unidos. Ella tiene una marca de nacimiento llamada hemangioma capilar, el cual es un tumor benigno, es decir, no representa ningún daño para ella. Sin embargo, la gente sigue dando groseras opiniones en contra de su apariencia.
La madre Katie Crenshaw, indica que la bebé toma medicamentos para asegurarse que no crezca más y asegura que la mayoría de hemangiomas desaparecen eventualmente.
Por eso es que ellos ya están hartos de la gente que sólo quiere hablar de esa marca, y no de la manera más amable.
“Ellos dicen cosas como ‘pobre bebé’ y ‘vamos a rezar para que eso se quite’. También escuchamos ‘que mal que tenga eso, es muy bella de cualquier forma'”.
Crenshaw indica que le molesta que la gente -incluida familia y amigos- sienta lastima de una de las características que hacen única a su hija y decidió externar su opinión en su blog Twelve and Six.
“En la publicación llamada “¿Qué está mal con su cara”, la mamá le pide a todos que se “guarden su lástima” y les dice que en lugar de “rezar para que desaparezca (el tumor)”, recen para que crezca como una niña segura de sí misma que se ama sin importar como luzca.
También indica que Charlie “no tiene un lado bueno”, que escojan para las fotos familiares.
“No retoco su hemangioma en fotos. Charlie es su cara completa y no importa como luzca”.
-Katie-
Su publicación tuvo una gran respuesta y muchos escribieron para externar su apoyo y compartir experiencias similares.
Katie por su parte está sorprendida de que haya tenido tanta difusión y que conmoviera a muchas personas. Lo que ella espera lograr de todo esto es ayudar a “normalizar las diferencias en las apariencias”.
La mamá hace referencia a que justamente las diferencias son lo que nos hace únicos y que debemos de reconocer nuestro valor sin importar como nos veamos físicamente y no dice nada más que la verdad. ¿Para qué queremos ser copias de lo que la sociedad dice que es ‘atractivo’? Después de todo, la belleza está en los ojos de quien la mira.