Los cazadores del pasado tenían una lista con 4 puntos básicos que debía cumplir un animal para ser domesticado. Estos puntos eran: amigable, fácil de alimentar, fecundo y con instinto familiar. Teniendo eso en consideración, domaron a las vacas pero no a los búfalos (son unos tanques aterradores), atraparon a los cerdos pero no a las gacelas (son muy rápidas y saltarían cualquier cerco), y también, se quedaron con las gallinas, pero no con los grandes felinos (podría ser peligroso).
Si lo piensas bien, los cazadores del pasado fueron muy lógicos. Sin embargo, cuando llega el momento de analizar al caballo y la cebra, se pone más confuso. Estos animales son muy parecidos ¿Por qué no domesticaron a la cebra también? He aquí la respuesta:
1. Las cebras viven para patear y morder:

2. Es difícil atraparlas con un lazo:

3. No tienen estructura familiar ni jerarquía.

Esto significa que si atrapas a una, el resto de su familia no la seguirá.
¿Lógico no?