Como ya muchos saben, la cantante Kesha perdió el juicio contra Sony para liberarse del contrato que mantienen. El documento la obliga a grabar 6 discos más con el sello discográfico. La artista argumenta que el productor con el que ha trabajado, Dr. Luke (Lukasz Gottwald), ha abusado sexualmente de ella. Incluso, según Kesha, la obligó a tomar drogas y pastillas para dormir y así poder violarla.
Esto ha generado bastante discusión sobre el tema. Y no sólo sobre Kesha, sino sobre el abuso sexual en general. Muchos no entienden por qué Kesha no denunció los hechos cuando sucedieron. Ella es famosa, adinerada, bella y una celebridad que podría hacerse respetar. La verdad es que las cosas son más complicadas de lo que la gente piensa. La mayoría de las víctimas de abuso sexual no confía en que el sistema judicial pueda responder como se debe. Esa es una de las razones por las que se tiende a no reportar los crímenes.
Lo que pueden perder en comparación con lo que pueden ganar, hace que no valga la pena el riesgo. Kesha lo ha vivido en carne propia y ella puede dar cuenta de la humillación sentida. Las víctimas deben esforzarse por convencer a un jurado, tienen que recordar eventos traumatizantes y responder miles de preguntas.
En el caso de Kesha también ella se juega el éxito de su carrera. Tiene que intentar parecer la “víctima perfecta” y eso es desgastante. Ahora ya ha salido a la luz su caso, pero si hubiera sabido antes cómo le iría, quizás hubiera elegido no contar su experiencia. Fue Madonna la que dijo, sobre los abusos que sufrió en los 70’s: “Tú ya fuiste violada. Simplemente no vale la pena. Es demasiada humillación”.
Las estadísticas son de verdad decepcionantes. De acuerdo a RAINN, sólo un 2% de los violadores cumple períodos de cárcel. Las demandas civiles son más fáciles de ganar que las criminales, sin embargo nada garantiza el éxito del proceso.
Lo que está pasando con Kesha es grave. Envía una señal potente a las víctimas de abuso sexual sobre que no vale la pena el riesgo. Esperemos que esto pueda resolverse pronto.
Este post es una adaptación libre de un artículo de Emma Gray para Huffington Post.