Amamos a los animales y nos gusta saber que hay gente que los quiere tanto como nosotros. Como este hombre, en Sedona, Arizona, que un día especialmente frío de invierno, pensó en la gran población de colibríes en la zona y pensó en una idea para ayudarlos a abrigarse y, sin dudar, puso las manos a la obra.
La temperatura estaba bajo los cero grados, así que tomó un cojín con calor y puso un recipiente con comida para ellos sobre él.
Aunque, en un principio, lo hizo para mantener la comida caliente para las aves, llegaron dos colibríes que lo usaron como lugar de reposo. Además, sabiendo que no sería suficiente, también usó un secador de pelo para mantener a “Rocky” y “Adrian” (como los llamó) a salvo del frío.