Si tienes suerte, alguna vez te ha tocado experimentar ese tipo de amor poderoso, ese que te consume de los pies a la cabeza y cala profundo en tu corazón. De ese que constantemente quieres más porque nunca es suficiente…y crees nunca poder dejarlo. Suena casi como estar hablando de una droga, y al parecer, eso es lo que dice la ciencia según el estudio realizado por la antropóloga y bióloga Helen Fisher , que se dedica a estudiar las relaciones amorosas en sus diversas aristas.
Enamorarse estimula la misma parte del cerebro que una droga
Cuando te drogas con alguna sustancia como la cocaína, los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina suben hasta el cielo muy rápidamente, causando un sentimiento de euforia. Al parecer el estar en las etapas iniciales de enamoramiento tienen el mismo efecto científico, elevando los mismos niveles y haciéndote sentir que estás en la cima del mundo.
Además, como sucede con algunas drogas, el enamorarse estimula la amigdala, centro del cerebro que controla el miedo, sacando a relucir el temor a que la otra persona no sienta lo mismo, inseguridades, estrés y hasta sudor. Parece como si estuviéramos hablando de una droga, ¿Verdad?
Al momento de terminar la relación la sensación es la misma que al dejar la droga
Algunas personas al terminar una relación sienten tanto dolor emocional que no pueden comer, dormir, o incluso respirar. Si hablas con una persona que se haya rehabilitado de las drogas te podrá responder que esos son algunos de los síntomas ocurridos cuando experimentas la abstinencia. Lo mismo sucede en las relaciones, estás en proceso de desintoxicación.
El estudio mostró que el finalizar una relación amorosa estimula la parte del cerebro que representa el dolor físico, estrés y la sensación de apego, las mismas áreas que se estimulan al tener dependencia de drogas. Además, puede causar alteraciones de la realidad haciendo que no veamos objetivamente lo que está sucediendo.
Finalmente, el estudio señala que lo mejor que se puede hacer cuando la relación ya no está bien es ponerle fin, porque todo puede tornarse igual de complicado que la adicción más grande a una droga, y puedes comenzar a hacer cosas que normalmente nunca harías.
Entonces, para la próxima vez que te enamores, ten a mano el número del centro de rehabilitación en caso de que sea necesario.