Lamentablemente, el mundo está lleno de guerras que, por uno u otro motivo, se toman más tiempo, presupuesto y -lo más importante- vidas de lo que en realidad nos gustaría. Pero, con todo eso en cuenta, aún es posible encontrar muestras de humanidad y esperanza en un combate. Y ello se vuelve más sorpresivo cuando el milagro ocurre en el campo de batalla más alto del mundo.
Hace más de 30 años que en el Glaciar de Siachen se libra una guerra entre Indios a Iraquíes que pelean por la soberanía del territorio (muy rico en agua). Pero, aparte de esquivar balas y defenderse de los rivales, día a día deben intentar sobrevivir a las inclemencias del clima y el terreno.
A 5.900 metros de altura, 10 soldados indios estaban explorando hasta que fueron enterrados bajo 8 metros de nieve que una avalancha botó.
El ejército indio puso todas sus herramientas a disposición inmediatamente y emprendió la búsqueda de los 10 soldados extraviados con la ayuda de perros rastreadores, cortadores de hielo, taladros y otros equipos pesados que se sumaron a la lucha contra la nieve.
El hecho tenía a toda India cabizbaja con las esperanzas por el suelo cuando los equipos de búsqueda al fin encontraron los cuerpos, 6 días después del accidente. Pero nada los preparó para la sorpresa que significó encontrar a uno de los soldados aún con pulso.
El militar llamado Lance Naik Hanamanthappa Koppad, fue trasladado de inmediato a un hospital fuera de Siachen, donde aún se encuentra en estado crítico.
Los medios del país difundieron cuanto antes la noticia que ya recorre el mundo, agradeciendo especialmente a las fuerzas de rescate que nunca tiraron la toalla y siempre siguieron buscando hasta dar con el paradero de los soldados.
