¿Cuántas veces hemos escuchado que el amor vence todo, que esa intensidad de estar con la otra persona supera cualquier obstáculo? Como dice una frase de una de mis películas favoritas (y en la Biblia), “el amor es siempre paciente y amable, y nunca celoso. El amor nunca es jactancioso o presumido, nunca es rudo o egoísta, nunca se ofende ni es rencoroso. El amor no se deleita con los pecados de los otros, sino que se deleita con la verdad. Siempre está dispuesto a disculpar, a confiar, a sentir esperanza y a soportar lo que sobrevenga”.
En fin, ¿a cuántas personas nos gusta leer palabras que nos hagan creer que todo estará bien, que somos invencibles ante cualquier situación? Lo cierto es que por más que tengamos en algo que confiar, si no confiamos en nosotros mismos y no estamos seguros de lo que queremos todo se desbordara en un abrir y cerrar de ojos.
He pasado por relaciones en donde lamentablemente he comprobado lo que estoy hablando, y utilizo el término lamentable porque por más bello que suene “al final siempre el amor gana”, simplemente a veces no es así. Y no es así porque además del amor que tenemos por ese individuo que está compartiendo contigo su vida, uno de los principales elementos de la pareja es el entendimiento y la comunicación. Cuando estas dos piezas se complementan con el amor sale a flote lo mejor de la relación. Sin embargo, cuando sucede todo lo contrario, comienza a existir malentendidos que pueden llegar a terminar en discusiones.
La inferencia de puntos de vista, de pensar y decidir por tu pareja, de entender una cosa completamente distinta a lo que te quieren decir y de que estos acontecimientos se originen diariamente llegan a perjudicar lo que tienes con ese ser amado y más si no lo platican en el momento preciso y se deja pasar tiempo.
Es por tal motivo, que me interesa resaltar estas cuestiones en la vida de pareja. Puesto que ya lo experimente y sé lo que se siente dejar a una persona que amas tanto por no poder conectarse en estos importantes aspectos. He aprendido que aún teniendo las ganas de luchar y seguir juntos, si no hay una armonía entre los dos en la comunicación y el entendimiento lo mejor es no aferrarse a continuar. Ya que en vez de hacerse un bien se hace un mal y las personas se van dañando cada vez más sin darse cuenta por el miedo a perder al ser amado.
Lo cierto es que si te uniste a esa persona fue porque tuvieron algo en común, pero tal vez eso común no los una como pareja, sino más bien como amigos o seres humanos que tienen la misma manera de ver la vida.
Así que por más doloroso que sea renunciar a lo que tanto tiempo te llevo construir con alguien especial, si la mayoría del tiempo no se siente bien, lo mejor es soltar y dejar fluir las cosas por el bienestar de ambos. A veces el mejor estado del ser humano no es estar enamorado, si no es estar tranquilo.