Jack el Destripador fue un asesino en serie no identificado que cometió varios crímenes en Londres, Inglaterra, durante 1888 principalmente en el distrito de Whitechapel, una de las áreas pobres de la ciudad en aquella época. Este psicópata era descrito por la policía como un hombre inteligente, eficaz, burlón, frío y obsesionado con el asesinato. Se le atribuyeron muchos crímenes en la época pero hay cinco que se consideran “canónicos” pues mantenían el mismo modus operandi. Su leyenda ha sido tan grande que ha inspirado muchísimas teorías y obras de ficción que siguen causando debate entre los criminólogos y aficionados al tema.
Los asesinatos involucraban siempre a prostitutas, a las cuales mató de maneras muy similares: estrangulación, degollamiento y mutilación abdominal. La extracción de los órganos internos de al menos tres de las víctimas llevó a pensar que el asesino tenía conocimientos anatómicos o quirúrgicos. Y también fue una de las razones por la que la prensa le dio su nombre “Jack El Destripador”. El hecho de matar brutalmente siempre a mujeres ha llevado a que muchos expertos crean que la misoginia fuera una parte importante del perfil del asesino.
Este mapa muestra 7 asesinatos que sucedieron en el barrio londinense de Whitechapel. De los cuales sólo 5 son los más atribuidos a Jack el Destripador.

Los rumores de que los asesinatos estaban relacionados entre sí se intensificaron entre septiembre y octubre de 1888, pues aparecieron muchas cartas escritas por uno o varios sujetos anónimos, enviadas a la policía inglesa y los medios. Incluso una de las cartas venía con un trozo de un riñón que, según aseguraba la carta, correspondía a una de las víctimas (esto sigue siendo un misterio). Con el tiempo se supo que algunas eran falsas ya que un hombre reconoció haberlas enviado para levantar su alicaído periódico. La prensa le dio gran cobertura a los macabros asesinatos que incluso llegaron a tener notoriedad a nivel internacional.
Si te gustaría saber más detalles de los horribles crímenes que sacudieron a Inglaterra a fines del siglo XIX te recomiendo leer un amplio reportaje del diario ABC de España que analizó a fondo los cinco primeros homicidios canónicos. Si eres muy sensible no te recomiendo leer las crudas descripciones.

Los homicidios jamás fueron resueltos y las leyendas en torno a ellos se convirtieron en una combinación de investigación histórica genuina y ficcional. Han habido muchísimas teorías sobre la identidad del Destripador pero ninguna está cien por ciento comprobada. Esto ha influido en la creación de muchas obras de ficción literarias, cinematográficas y artísticas. Por la descripción de testigos de la época el asesino sería un tipo bien vestido -de capa y sombrero- con una buena apariencia. Incluso esta teoría fue llevada a un extremo en una obra literaria de Robert Knight que señala que el asesino fue un hombre de clase acomodada que fue protegido por la masonería y miembros de la realeza británica.

Recientemente, el año 2014, Russell Edwards, un escritor y detective aficionado, que estaba muy intrigado con el caso compró en una subasta un chal de dudosa procedencia que según él pertenecía a Catherine Eddowes, la cuarta víctima. Según Edwards la prueba fue recogida de la escena del crimen por un agente de policía, quien se lo ofreció a su mujer como regalo. Pero la esposa no quiso utilizar esta prenda porque estaba manchada con sangre. Por eso quedó guardado en lo más profundo de un baúl desde donde se recuperó.
Una vez conseguida esta pieza, el escritor sometió el chal a pruebas de laboratorio y se encontraron restos de sangre y semen del asesino. Luego se extrajo una muestra de ADN que se comparó con la de varios descendientes de la gran lista de sospechosos de 1888 guardada por la policía inglesa.

Casi de forma increíble, se halló una coincidencia genética con Aaron Kosminski, un joven inmigrante polaco de 23 años, barbero de profesión, que en la época fue uno de los grandes sospechosos pero terminó siendo liberado por falta de pruebas.
Este era un retrato de Kosminski:

A pesar del revuelo mundial que causó el hallazgo de Edwards, sus pruebas genéticas fueron muy cuestionadas y su teoría ha sido desechada por muchos expertos en el tema como el escritor uruguayo Gabriel Pombo, autor del famoso libro El Monstruo de Londres: La Leyenda de Jack el Destripador.
¿Quién tendrá la verdad? Yo creo que ahora nunca lo sabremos y será un caso que sólo se podrá resolver en la literatura. ¿Conocías esta historia?