Norma Patricia Esparza ha tenido unos últimos 3 años muy duros. Ella está actualmente presa en una cárcel de máxima seguridad de Orange County, California, acusada de participar en un homicidio que se llevó a cabo hace 20 años. La víctima fue su violador, pero quién lo asesinó fue en realidad el novio de ésta junto con otros amigos. Ahora ella está esperando su juicio en una celda de 3.65 metros de largo y 2.74 de ancho.
Este caso es considerado insólito, ya que el crimen sucedió hace dos décadas y, según lo que se sabe, Norma no estaría involucrada en el crimen. El novio que cometió el asesinato fue un vietnamita llamado Gianni Van, quien explicó que él había sido el responsable y liberó a Norma de toda culpa. Aun así, la detención se llevó a cabo siguiendo los procedimientos.

Esparza trabajaba como investigadora en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra. Debido a una conferencia que tenía que dar en Massachusetts hizo escala en Boston, ahí las autoridades la detuvieron por el asesinato de Gonzalo Ramírez. El hecho criminal fue crudo: el novio de Norma de ese entonces, se enteró de que la había violado, fue donde Ramírez y lo golpeó hasta la muerte. Días después, la visitó a ella y trató de hacer que contrajera matrimonio para que no pudiera declarar en su contra.

“Yo soy inocente, aún así siento un enorme remordimiento porque siento que yo pude haber hecho algo para que no muriera. Pero qué podía hacer, a mí me amenazaron con matarme si intervenía. Se lo llevaron golpeado, pero no sabía que había muerto”.
-Norma Patricia Esparza-
La infancia de Norma no fue menos trágica. Nació en 1974 en Taray, una ranchería ubicada en Aguascalientes, y luego su familia emigró a EE.UU. para trabajar en construcción y limpieza. Su padre la violó desde los 5 años. Ella, desesperada por una vida mejor, se fue a estudiar lejos gracias a una beca de Exeter Academy. Su vida prosperó y trabajó por causas sociales. Posteriormente consiguió el trabajo en la OMS, en el que se desempeñaba antes de ser detenida. Ella ahora sólo quiere que todo se clarifique y poder retomar su vida.

Esparza tiene una hija de 3 años, quien ahora está en Europa con su padre. El 2013 se declaró inocente, pero recientemente tuvo que aceptar un acuerdo de culpabilidad para evitar la cadena perpetua.