El siglo XX nos dejó grandes legados que pasaron de ser inventos novedosos, a ser parte del día a día mundial. Una de esas herencias es la comida rápida que, cada vez, es más considerada comida chatarra. Algo así le pasó a este hombre australiano que encontró algo más que una pechuga en su “apetitoso” almuerzo.

Cuando Marc Nicholls, de 30 años, pidió la caja de tres piezas en un local de KFC, en la ciudad de Gold Coast, sólo se preparó para disfrutar de una grasosa pechuga frita. Pero cuando dio una mordida a su pieza de pollo, vino la sorpresa… ¡había un pulmón en su boca!
“Fue desagradable… absolutamente vil”, dijo el afectado al diario Daily Mail de Australia.

Cuando el hombre se acercó a hacer el reclamo al personal del local, éste ni siquiera le ofreció un reembolso, por lo que acudió a los medios locales comentando que nunca se imaginó que, cuando iba a comer basura, fuera justamente eso lo que estaba recibiendo.
Un portavoz de KFC manifestó explicó que seguramente era un pulmón o riñón de pollo y sumó que…
“La mayor parte del tiempo, las menudencias se eliminan durante la preparación, pero en ocasiones pueden quedarse”

Éste no es el primer caso que tiene que enfrentar la cadena del Coronel Sanders. Al otro lado del mundo -en Wellingborough, Inglaterra, precisamente- una mujer encontró menudencias y vísceras crudas en su comida.

Mientras tanto, en la ciudad de Pukekohe, en Nueva Zelanda, Sarah-Jane Williams encontró estos huevos de mosca en sus ‘Chicken Poppers‘.
