De pequeños, muchos solían pensar en estrategias para colarse a ver películas al cine. La idea era no pagar la entrada, o ver una función y luego irse a las demás sin ser capturado por alguno de los controladores de sala. Una de las ideas más descabelladas que se tenía, era disfrazarse como un solo hombre y así entrar dos personas por el precio de una. Unos chicos de EE.UU. aprovecharon la crisis de obesidad del país para llevar a cabo este plan. Los mejores amigos se transformaron en un hombre obeso y no tuvieron problemas en pasar frente a los vigilantes:
Los mejores amigos probaron varias formas de unirse antes de llevar a cabo su misión. Compraron ropa grande y uno de ellos se metió debajo y se mantuvo aferrado al cuerpo del otro

Una vez definido el disfraz, fueron al cine y se prepararon en los pisos inferiores para que nadie los viera…

Comprar las entradas no fue un gran problema…

Tampoco el ascensor, donde finalmente pudieron separarse y celebrar el trabajo bien hecho

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