¿Cuántas veces has tenido que buscar monedas en el sofá para lidiar con algún gasto imprevisto? Si tu respuesta es “una” o más, sabemos que este consejo te vendrá como anillo al dedo. Es el “reto de las 52 semanas” y, a fin de año, será el héroe de las vacaciones que tanto deseaste -o de cualquier otro gasto, claro.
Ahorrar es como cuidar una planta y requiere cierta disciplina que sólo se aprende en la práctica.
Son varios los expertos que recomiendan contar con una buena reserva monetaria para las eventualidades. No es divertido necesitar una visita de urgencia al dentista y no tener cómo pagar. Por ello, el tener ahorros disponibles no sólo te salvará de ese tipo de situaciones, sino que también te hará sentir más seguro, llegando incluso a disminuir tu estrés.
El ahorro es un hábito que se aprende practicando.
Si llevas años viendo cómo tus abuelos tienen grandes ahorros mientras tú apenas llegas a fin de mes con algo en la cartera, es porque ellos ya aprendieron a ahorrar. Y si tú quieres aprender también, este método te va a ayudar.
El reto de las 52 semanas parte siendo bastante simple, pero puede complicarse con el paso del tiempo (por eso es un reto).
El sistema consta de 52 semanas (¿ya te lo imaginabas?) y consiste en lo siguiente:
En la semana 1, guardas 1 dólar y tendrás un total de 1 dólar en tu ahorro.
En la semana 2, guardas 2 dólares y tendrás un total de 3 dólares.
… en la semana 12, guardas 12 dólares y tendrás 79 dólares.
… y ya puedes adivinar cuántos dólares guardar en la semana 52.
Si la cantidad no es suficientemente realista con respecto a tu economía (y a tu moneda nacional) puedes acomodar las cantidades de manera que puedas saciar tus necesidades semanales y, a la vez, ahorrar algo.
Si sigues el método al pie de la letra, al terminar la semana 52, tu ahorro sería de 1.326 dólares.
Si te interesó el sistema, te dejamos la siguiente tabla para que imprimas y sepas cuánto ahorrar cada semana y cuánto llevas para entonces. Además te servirá de ánimo, sabiendo que cada vez estás más cerca de la meta.
