¿Imaginas pasar 18 años de tu vida encerrado en la cárcel por un crimen que no cometiste? Aunque suene a ficción, no lo es. Esto le ocurrió a Steven Avery, del estado de Wisconsin, cuya historia llegó en forma de serie documental a la popular plataforma Netflix. Diez episodios de una hora cada uno, filmados durante diez años por las realizadoras Danielle Ricciardi y Moira Demos que, además de encantar al público y la crítica, muestra la cruda realidad de un sistema que sigue dándole más poder al poder.

Steven Avery vivía en la pequeña ciudad de Manitowoc. Siendo parte de una familia que nunca pudo adaptarse muy bien, fue acusado el año 1985 por, supuestamente, haber violado a una mujer. Pero, pese a la gravedad de la acusación, la investigación era pobre en pruebas y el procesamiento fue bastante sospechoso, sumado a que el acusado ni siquiera tuvo un abogado en aquella ocasión.
Pero, 18 años después, tras el correcto análisis de las pruebas, se comprobó que el ADN presente no pertenecía a Avery. Siendo puesto en libertad durante el 2003.

Tras dos años de libertad, Steven Avery presentó una demanda civil por 36 millones de dólares al condado de Manitowoc y varios funcionarios responsables de su condena injusto. Pero mientras eso ocurría, al hombre se le volvió a acusar por otro crimen, uno mucho más grave: haber asesinado a la fotógrafa Teresa Halbach.
El caso fue tomado por el fiscal Ken Kratz y por parte del mismo equipo que ya había estado involucrado en la primera injusticia. El veredicto: culpable. La condena: cadena perpetua.
Así fue que Ricciardi y Demos se enteraron del caso y emprendieron camino a la ciudad de Manitowoc y empezaron el rodaje de las diez horas de material que hoy son sensación mundial y que han provocado reacciones de todo tipo.
El despliegue incluye filmaciones íntimas con el mismo afectado, su familia, algunos abogados y varias llamadas telefónicas grabadas.
“Nos interesaba explorar hasta qué punto había evolucionado el sistema entre 1985 y 2005”

El documental que puedes ver en Netflix ha acaparado gran atención de los medios e internautas que han manifestado su amor por la serie, como por los personajes; además de dejar ver el repudio por el sistema corrupto.
Sin duda, los más queridos por el público son los abogados de Avery, Dan Strang y Jerry Buting.
El fenómeno incluso pasó a la pantalla de la televisión tradicional de la mano de esta graciosa parodia por parte del show de Seth Meyers.
Lo que más queda dando vuelta entre quienes la han visto es una frase que las mismas realizadoras dijeron en una de las muchas entrevistas que han dado últimamente:
“Lo que se puede ver en Making a Murderer no es específico de esta historia. Cosas así pasan todos los días en este país”
