Una madre se encontraba en su habitación cenando cuando de pronto escuchó que alguien tocaba su puerta. Era su hija pequeña y en las manos tenía la muñeca nueva que había sido su regalo de Navidad. La niña se acercó y le mostró que la figura tenía una abertura escondida en un costado y que por ahí se asomaba un trozo de papel. La madre, sorprendida, tomó el juguete para revisarlo. El trozo de papel era en realidad una especie de carta con un mensaje bastante especial. Tras leerlo, creyó que lo mejor era compartirlo para que lo leyera la mayor cantidad de gente posible:

“Quizás nadie reciba esta nota, quizás esta muñeca no pase el control de calidad, sea desechada y mi mensaje se pierda. Tengo esperanza de que alguien la lea. Ojalá un padre, una madre, o cualquier persona, le preste atención a la niña que grite sorprendida porque ha encontrado una carta dentro de su juguete. Lo que quiero decir es simple: no hay nada más valioso que la infancia de nuestros hijos. Yo soy madre. Trabajo más de 12 horas diarias en esta fábrica y no puedo estar con mi niña que ahora tiene 6 años. Llego a casa cuando ella duerme, sólo alcanzo a verla unos minutos al desayuno cuando ella parte a la escuela y yo a este lugar. Ella piensa que mi trabajo es parecido a un paraíso; todo lleno de figuras coloridas y sonrientes. No es así. Esa felicidad es superficial, plástica. A mi lado hay varias madres como yo que tampoco pueden pasar tiempo con sus niños. Y creo que todas quisieran decir lo mismo: aprovechen el tiempo en familia. No pierdan la oportunidad. Los días pasan, los meses pasan, los años… Así se va la vida. Permanezcan juntos, apaguen el televisor, los aparatos electrónicos, eviten cualquier distracción que los lleve a no contemplar a sus hijos de manera consciente. Entréguense amor, eso es lo importante”.
A pesar de que las máquinas ya fabrican casi todos nuestros productos, todavía hay gente que trabaja manualmente o se desempeña en labores rutinarias de supervisión. Las fábricas están llenas de padres, madres, y a veces incluso menores de edad. En algunos países los horarios laborales no son regulados como corresponde y muchas personas tienen que trabajar más de las horas legales para poder darle lo necesario a su familia. Esta madre relató su penosa situación. Tal vez su presente no cambie pronto, pero desde su puesto quiso contribuir a traer bien y felicidad al mundo, apuntando a lo valioso que es mantener la unión con los hijos.
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