TODOS los niños cometen errores cuando están aprendiendo a escribir (y los grandes también). Pero a ninguno (o a muy pocos, al menos) lo ha ido a buscar la policía por un pequeño fallo en la ortografía. En Lancashire, Inglaterra, le pasó a este niño musulmán de 10 años luego de que escribiera que vive en una “casa terrorista” (“terrorist house”, en inglés) por querer decir un “adosado” (“terraced house”).
Sin entender que sólo era un error ortográfico, los profesores hicieron caso a la Ley Contra el Terrorismo y Seguridad de 2015, que los obliga a dar cuenta de cualquier comportamiento de sospechoso de terrorismo, y llamaron a la policía que, de inmediato, puso manos a la obra.
El 7 de diciembre, la policía y autoridades afines entrevistaron al niño y examinaron la computadora portátil que hay en la casa de su familia.
Al principio, la familia que no tiene nada que ver con ninguna organización terrorista, pensó que todo era una broma. Sin embargo, tras el trauma provocado al niño, manifestaron a la BBC que ya exigieron las disculpas tanto a la escuela como a la policía por el grave daño hecho al pequeño.
Un familiar dijo que entiende este procedimiento en personas mayores, pero no en un niño tan pequeño. También agregó que “si el profesor tenía una preocupación, ésta debió ser su ortografía“.
La Ley contra el Terrorismo y Seguridad 2015 es parte de la radicalización del gobierno contra el terrorismo. Está vigente desde julio del 2015 pese a que los críticos argumentan que ésta obliga a los profesores a dejar de lado el sentido común por temor a violar la ley, como sucedió en este caso.
Miqdaad Versi, subsecretario general del Consejo Musulmán de Gran Bretaña comentó que “Hay grandes preocupaciones acerca del quehacer diario de las personas y éstas se están viendo como un tema de seguridad, llegando a mirar a un niño como terrorista y no como estudiante”.
Mientras la escuela guarda silencio frente a los medios, debido al proceso judicial que atraviesa, la policía aclaró que la situación fue tratada por un departamento local y los servicios sociales y no la policía antiterrorista. De todas maneras, la familia asegura que el niño ahora está temeroso de la escritura y usar su imaginación.