Nos hemos perdido. Dejamos que el miedo nos invadiera y ganara a todo lo demás que existía entre nosotros. Hemos dejado que el miedo le gane al amor. No te culparé pero tampoco tomaré toda la responsabilidad de lo que nos pasó. Tuve miedo, miedo de no ser lo que esperabas, miedo a que no fueras completamente sincero, tenía miedo de equivocarme de nuevo y tanto miedo me llevó a equivocarme.
Tuviste miedo, miedo de conocer algo diferente a lo habitual, miedo de arriesgarte, miedo de fallar, era muy grande el miedo que tenías a descubrirme y reconocer que era lo que tanto esperabas.
Temíamos fallarnos, no ser suficiente, temíamos reconocernos completamente, temíamos entregarnos así sin más, sin dudas, sin reproches y sin temores. Y lo que más miedo nos daba era ser felices; tal vez estábamos tan acostumbrados a la tristeza, a las sobras del amor, que al ver la felicidad decidimos huir de ella, decidimos quedarnos con lo básico lo seguro, con lo que ya conocíamos.
Por miedo decidimos quedarnos con lo que nos hacía bien a medias, medio felices y que nos tenía medio enamorados, por miedo decidimos vivir todo a medias.
Huimos de lo extraordinario, huimos del amor, por miedo huimos de nosotros, sólo fue por miedo que nos perdimos…