En muchas ocasiones, dejamos una relación o nos dejan. En ese tránsito de amargura y desolación, en ambos casos intentamos auto convencernos de que todo pasa, de que todo es temporal y podemos seguir adelante sin problema, todo para hacer más corta la fase de dolor y aceptación, porque en ambos casos (más difícil cuando nos dejan) se sufre, y es en ese momento cuando nos vienen ciertas dudas.
Normalmente cuando dejamos una relación, intentamos recuperar tiempo o aficiones que durante nuestra relación habíamos dejado de lado (amistades, pasatiempos, etc.) ocupando parte de ese tiempo que ahora ya no tenemos con nuestra pareja. Es normal que al principio recobrar ciertas cosas nos haga ilusionarnos y hacernos llevar más fácil la ruptura, pero ¿qué ocurre cuando nos acordamos de esa persona con la que ya no estamos? ¿un simple recuerdo o realmente echamos en falta a esa persona y hemos podido equivocarnos al alejarnos de él/ella?
La clave está en diferenciar entre sí ‘nos acordamos’ o estamos ‘echando de menos’. En la primera opción, puede que con el tiempo nos demos cuenta de si nos hemos equivocado o no al alejarnos de esa persona, sólo el tiempo lo dirá, en la segunda, nos empezaremos a dar cuenta de que ha sido un error, motivado seguramente por un cúmulo de circunstancias (agobios personales, algo de monotonía que toda pareja pasa, cambios laborales, de vida o familia) o simplemente por una decisión precipitada. Quizá pensaste en que no eran compatibles (¿quién lo es?…)
Resulta fácil identificar cuando nos acordamos de alguien, pues simplemente con un tema de conversación o una referencia a esa persona, hablamos de él/ella de manera natural, no es algo que nos afecte, nos viene a la cabeza simplemente en ese momento para irse de la misma manera. En cambio, resulta más especifico cuando echamos en falta a una persona, y no por el tiempo, sino porque una simple parada de metro, una tienda por la que solíamos pasar, pasar por delante de su casa o ventana y tener un vuelco al corazón… Depende del lado en el que nos encontremos incluso intentaremos no hacer cosas que hacíamos con nuestra pareja para evitar que nos venga a la cabeza tantos recuerdos, recuerdos que nos hacen pensar, recuerdos que nos traen momentos en los que hemos sido felices y que inconscientemente intentamos tapar para seguir adelante cuando realmente quizás no queramos taparlos… quizás queremos volver a ellos, quizás incluso podemos volver a ellos pero por miedo al qué dirán o si se lo tomará bien o mal, o si simplemente, esa persona sigue ahí para nosotros…
No debemos tener en cuenta la opinión de nadie, debemos escuchar a nuestro corazón, cuando tienes ese vuelco al corazón, ese pequeño vértigo, la que habla no es la cabeza, es el corazón, ve a por él/ella, sigue vivo, no dejes escapar a esa persona por una decisión momentánea, una situación incómoda puntual o una mala racha, contra la monotonía hay soluciones, contra esos recuerdos y vuelcos al corazón, no, simplemente, se aprende a vivir con ellos.
¿Te acuerdas de esa persona? Quizá en el futuro te des cuenta de si te equivocaste o no. ¿La echas de menos? Corre a por él/ella.