La vida está llena de sorpresas, y para bien o para mal tú fuiste una de ellas. Ya ha pasado tiempo desde nuestra ruptura y todavía recuerdo ese amor inocente que tocó lo más profundo de mi corazón y cambió mi alma. Pero hoy decido después de tanto tiempo empezar de cero, conocer la nueva persona que soy y aceptarme a mí misma.
Hay relaciones que transforman nuestras vidas pero mas allá de eso, nos cambian a nosotros. Un gran ejemplo es el primer amor.
Hoy entiendo que no fue mi culpa tu traición, que no había nada mal conmigo, que soy tan imperfecta como tú, que después de todo lo que vivimos le agradezco a la vida por la lección que me dio. Hoy acepto que cambié, que soy más orgullosa, menos confiada en los demás, pero más segura de mis decisiones. Hoy puedo decir que la vida siempre va a estar llena de lecciones, de golpes bajos, lágrimas y dolor, pero que cada uno de ellos vale la pena y que gracias a ti entendí eso.
Mi crecimiento personal va en aumento, aunque mi felicidad todavía no es la misma sé que lo volverá a ser. Luchar con tu recuerdo muchas veces es como un balde de agua helada que me atormenta por momentos, pero espero dejarlo atrás.
Una infidelidad marca tu vida, en especial si es departe de la primer persona que amas, pero no te mata, te hace más fuerte, te enseña a ver a las personas de diferente manera, y tal vez nadie entienda tu dolor o lo que estés pasando, pero es tú decisión si seguir adelante o sufrir por alguien que ya fue.
Hoy sigo de pie gracias a mi amor propio, gracias a mis ganas de liberarme de tu recuerdo y sobre todo a la esperanza de recuperar mi felicidad, misma que tu dañaste pero no lograste acabar.