En Nochebuena el invitado más esperado es Santa Claus. Sin importar que lugar sea, los niños tienen la ilusión de ver sus regalos bajo el árbol al día siguiente. En esta ocasión, Papá Noel llegó a un albergue para migrantes y refugiados en Sarstedt, Alemania para alegrar la vida de pequeños de Siria y Afganistán por un momento.
Así esperaban los niños su llegada.

Estaban ansiosos.

Y la euforia se desata cuando finalmente aparece.

Y no lo olviden: Hacer a los niños felices hace feliz a Santa también.

Por supuesto Santa no llega solo… está lleno de regalos.

Y si alguien los merece son ellos.


Pero, ¿Quién es este misterioso hombre detrás del traje rojo y la barba?
Es un migrante sirio viviendo en Alemania. No busca ninguna retribución o reconocimiento. Solo quiere esparcir el espíritu navideño entre sus compatriotas.

Santa también tuvo un regalo. El cariño y la gratitud de los niños.

Y no olvidaron las fotos grupales.

A juzgar por las fotografías, la parada de Santa en este lugar fue todo un éxito.


La Unicef estima que 2.2 millones de niños sirios han sido afectados por la guerra en su país de origen. Las más básicas necesidades como agua limpia, comida o atención médica son complicadas de satisfacer para ellos y sus familias, que reciben el 2016 llenos de incertidumbre.
Muchos de estos niños incluso han sido separados de su familia tras huir de la guerra en Siria y han pasado por situaciones que no podríamos ni imaginar. Acciones como las de este Santa Claus son las que deberían de reproducirse en el mundo.