Aitor Cebrián Montiel es un joven de 21 años que entrena al equipo de menores del Ayelo, el club de fútbol de España ubicado en la localidad valenciana, Aielo de Malferit. El sábado 5 de diciembre de 2015 enfrentaban al C.D Contestano, un equipo que llevaba toda la temporada perdiendo por goleada. Al campo de juego estaban a punto de saltar niños de entre 7 y 9 años y Cebrián, en la charla previa, decidió pedir a sus jugadores respeto hacia el rival. Este fue su discurso:
“Acabo de ver entrar a los niños contra los que vais a jugar hoy, y son más pequeños que vosotros. Son de primer año y no debieran competir con vosotros en esta categoría. Están goleándolos cada semana y querría que os pusierais en su lugar. No quiero que celebréis ningún gol, no los presionéis en su campo, dejadlos que jueguen un poco y que puedan disfrutar de jugar al fútbol. Vamos a ser respetuosos con ellos”.
Según cuenta Cebrián al portal Verne del diario español El País, los chicos enseguida cuestionaron las ordenes de su técnico pues no entendían porque no podían marcar todos los goles que quisieran ni menos celebrarlos, que quizá es lo más genial que le pueda pasar a alguien en el fútbol. Entonces el entrenador les preguntó cómo se sentirían ellos si no pudieran dar más de tres pases seguidos ni menos convertir un gol en el arco contrario. “Sin necesidad de más explicaciones, entendieron lo que quería transmitirles”, dijo el técnico.
Mientras esto sucedía un padre del equipo rival escuchó la charla y se mostró muy sorprendido. Incluso una vez finalizado el partido se acercó a Cebrián para felicitarlo por su actitud empática. Unos días después el C.D Contestano remitió una carta al club Ayelo para formalizar su gratitud. Este texto luego llegó a manos de la Federación de Fútbol de Valencia y de ahí fue publicada en Internet. La historia enseguida hizo furor en las redes sociales y muchas personas alabaron lo hecho por el joven D.T.
Esto publicó la Federación en su cuenta de Twitter:
Y más personas hicieron eco de esta publicación:
Cebrián no pensaba que su gesto tendría tanta repercusión en las redes:
“Me gustaría que sirviese de ejemplo. Hay otros técnicos que creen que respetar al rival significa emplearse al máximo y marcar cuantos más goles mejor. Es una actitud respetable, pero yo no la comparto. Los niños, ante todo, deben disfrutar jugando al fútbol“.

Al final del partido el Ayelo terminó venciendo a su rival por 11 goles contra 1 pero de todas formas los niños sí cumplieron con lo que les pidió su entrenador. Según Cebrián el resultado pudo haber sido mucho más abultado. Incluso, a manera de agradecimiento, el CD Contestano invitó a sus rivales al partido de su equipo principal para una exhibición y una comida de hermandad.
Cebrián también práctica el fútbol y dice que su su idea no tiene nada que ver con una técnica de psicología infantil sino que fue simplemente el sentido común:
“Yo también juego al fútbol, en un equipo aficionado. Sé lo que es estar en el otro lado y que te ganen por goleada”.
Para un niño perder por goleada supone una gran humillación por eso en España ha surgido cierta polémica por el tema pues en algunos países existen en las ligas de deportes infantiles ciertas reglas para evitar que este tema pueda afectar a los niños. Por eso gestos como el de Cebrián son tan aplaudidos pues enseñan valores a los niños. Está bien querer ganar y competir pero también hay que pensar en el respeto al rival.
Me gustaría dejar este pequeño documental que va un poco de la mano con este tema. Su nombre es L’Equip Petit y te aseguro que no dejarás de emocionarte:
¿Qué opinas al respecto?