Cuando Philip Morgese se convirtió en padre soltero supo que su hija de 1 año necesitaría de su atención constante. Él tendría que ser padre a tiempo completo y suplir lo que la madre no podía darle a Emma, la bebé. Así fue como comenzó a instruirse en el arte de la peluquería. Philip demostró su esfuerzo y talento creando innumerables estilos y peinados para su pequeña hija. Ella no podía estar más feliz.
El asunto no terminó ahí. Morgese quería difundir sus conocimientos y ayudar a otros padres que estuvieran en su misma situación: él se convirtió en profesor de peluquería. Todo porque cree en que cuando un padre se hace cargo del cabello de su hija se desarrolla una relación mucho más íntima, además de contribuir a derribar estereotipos odiosos que ya deberían haber quedado en el pasado.

Philip ya sabe hacer trenzas elegantes, peinados sofisticados y miles de otros arreglos estilísticos. El haber asistido a clases en una escuela de belleza en Florida, lo preparó para ser un buen profesor para sus alumnos.
Emma y él están mejor que nunca y eso puede verse en la fotografías:

Philip ya le ha puesto un nombre a sus sesiones, las llama: “Daddy Daughter hair Factory”.

Los padres que son sus alumnos se preocupan de estar atentos a sus instrucciones.

Emma es la modelo que utiliza para demostrar los diferentes tipos de peinados. Hacen un equipo genial.

“Adoro pasar el tiempo con ella y a Emma le encanta que le haga peinados, así que todos salimos ganando”, dice el padre entusiasta.

¡Sus conocimientos en peluquería son admirables!

“Estoy orgulloso de estos padres por esforzarse y crear una mejor relación con sus hijas”, agrega Philip.

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