En marzo de 2007 en una subasta en California, el conocido ganador del Óscar Nicolas Cage compró el cráneo de un extraño dinosaurio conocido como el tarbosaurus bataar; un familiar del tiranosaurio rex que existió hace más de 70 millones de años. El actor, quien luchó en la subasta contra Leonardo DiCaprio, pagó nada más y nada menos que 276.000 dólares por la pieza y se la llevó a casa, pero aparentemente no fue una buena idea. Al parecer, esa invaluable pieza de Mongolia era el centro de una investigación sobre un personaje involucrado en el tráfico ilícito de fósiles llamado Eric Prokopi. De hecho, Prokopi está ahora pagando una condena de 17 años en prisión.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos advirtió al actor en el año 2014, que era muy posible que el cráneo fuera una pieza robada por Prokopi.
Pero, aunque aún no se sabe si la pieza tiene una directa relación con el traficante, las investigaciones continúan y el actor decidió devolver esta invaluable y conflictiva pieza. Claramente, Cage asegura que no sabía nada de la situación pues desconocía totalmente el caso. Aún así, devolverlo es lo mejor que puede hacer, pues las señales con respecto a la procedencia de este cráneo no son las mejores.
Los sentimos Nicolas, pero es lo mejor que puedes hacer (además, este tipo de piezas deberían estar en museos o centros de paleontología, no en la casa de un actor de Hollywood).
El tesoro que ganó en su batalla contra DiCaprio, ahora se irá de sus manos.