Muchos ya lo creían, pero ahora un estudio reveló que los más jóvenes de la familia, son también los más graciosos. Piensa en Dewey de Malcolm, y cuando fue reemplazado por el bebé Jaime. Perdió de inmediato su chispa y el más entretenido era el pequeño. O Maggie Simpson, o Stewie de Padre de Familia… las posibilidades son muchas. Y es que el orden de nacimiento tendría un rol importante al definir nuestra personalidad.
No es que esto sea una regla, pero sucede porque el orden define los roles. Por lo mismo, los hermanos mayores resultaron ser más responsables y tener una vida más ordenada, que los menores. En especial cuando eres el primer hijo, habrá más presión o reglas. Y cuando los padres llegan al último, se relajan.
Para esta investigación, recolectaron impresiones para ver si este tipo de mitos, eran realidad. Y así lo fue. Por lo que el hijo menor, al ser el más relajado y/o mimado, desarrolla una personalidad más abierta y, por ende, con mayor tendencia a ser los más graciosos de todos.
“La diferencia más significativa es la carga de responsabilidad. El 54% de los hijos mayores, dijeron tener más responsabilidad que sus hermanos. Por otra parte, los hijos menores dicen que son más graciosos (46% comparado on un 36% en el caso de los mayores), más fáciles de llevar y relajados”.
– YouGov-.
Si bien todo dependerá de cada familia, se acercan bastante a la realidad. Como decíamos, es cuestión de roles, más allá de genética o algo. Un hijo mayor siempre tendrá – aunque no se le pida – que estar atento a sus hermanos. Es simple instinto el querer cuidarlos, y ocurrirán situaciones en donde será necesitado. Este tipo de cosas son las que moldean la personalidad.
“Sin duda hay ciertas situaciones familiares que lo definen – como cuando la atención de los padres se va de lleno al recién nacido, y los hijos más grande deben ser más independientes. Como evidencia, los hermanos mayores son más propicios a la organización y tener prioridades. En cambio, los menores saben que son más favorecidos por sus padres“.
Al menos existe un equilibrio. Y mientras uno de la familia lleva las responsabilidades, le otro lo puede ayudar a relajarse y reír. ¿No lo crees?