Hoy estoy nuevamente tratando de no aferrarme a ti, de poder soltar todo para seguir otro camino, me encuentro cansada de tantas peleas, de tantos rumores y de tanto sentirme mal. No significa que no te quise, que no te quiera, te quiero más de lo que jamás había llegado a querer a alguien; sabes todo de mí, desde mis victorias hasta mis desastrosas derrotas, me viste llorar, celebramos mil y un cosas, te dejé poco a poco irte adentrando en mi corazón, te escribí mil versos los cuales siempre fueron escritos con amor.
Traté, te lo juro, traté de seguir al ritmo, de salvar algo, de mantener esa venda que empañaba el panorama pero ya no puedo, no puedo extrañarte y que me extrañes a diario, no puedo ser tan egoísta ni contigo ni conmigo, no puedo seguir reteniéndote a algo que nos va a lastimar, no quiero siquiera pensar en los buenos momentos porque ya son pasados, un pasado que simplemente no regresará.
No tenemos derecho a seguir haciéndonos esto, de seguir aparentando que el amor sigue ahí, que las promesas que algún día nos juramos son eternas; sé que es momento de seguir, es hora de empezar a borrar tu nombre de mis cuadernos, de ir despegando todas esas fotos que fueron testigos de los buenos momentos, de esos pequeños instantes que creímos nos harían ser un infinito, de que tu vayas por tu camino y yo por mi elección, es momento de dejar de pensar en tus ojos, en las líneas de tus manos, en tu manía de acomodarte el cabello, en esa pequeña mueca que me dedicas para decirme que todo estaba bien, tu bromas, tus mil maneras de hacerme reír, también es momento de que dejen de doler todas esas peleas, de olvidar tus rabietas por celos, tus inseguridades frente a mis elecciones, tus gestos de desaprobación con mi aspecto. En fin, es momento de olvidar todo de ti; te extrañaré es lógico, me arrepentiré varios días, lloraré otros pero estoy segura de que es mejor a seguir aferrándome de esta manera, por eso me despido, no para siempre, pero sí para buscar a esa que era antes de ti, a esa que extraño y que creí perdida hace algunos ayeres, esa a la que simplemente le ardía el alma cuando hablaba de sus pasiones, sí, a esa a la que no aceptaste e hiciste cambiar.